Siempre pensé que a las ministras hoy desbancadas del Gobierno de Sánchez les fallaban las formas. Me recordaban a los lejanos días de instituto, cuando las hormonas alteradas, los deseos irrefrenables de cambiar el mundo y la visión un poco «si no estás conmigo, estás contra mí», con esa rabia e impulsividad interior que eres aún incapaz de controlar, te llevaban a luchar como una fiera por tus ideales, enfrentándote al que estaba al otro lado como un toro embravecido. Tal vez su edad tenga mucho que ver en esa forma de ver el mundo y de comportarse. Ambas son treintañeras. Y quizá por eso en esta ocasión el presidente ha diseñado un nuevo Gobierno con otra clase de mimbres: más mayores. Es posible que cualquiera de los que hoy son ministros fueran de otra manera hace veinte o treinta años, pero cuando se superan los cincuenta se tiende a la calma, a veces a la reflexión y, desde luego, al pacto, a la negociación.
Edades
24/11/23 4:01
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