En un año han muerto más personas en Estados Unidos por sobredosis de fentanilo que el número de víctimas mortales de la guerra de Vietnam. Tanto que cada tres horas un neoyorquino se va al otro barrio cabalgando a lomos de esta droga. En aquel entonces las calles de las grandes ciudades de todo el país se llenaron de manifestantes, pancartas y consignas contra la «masacre» de jóvenes estadounidenses que acudían en masa al país asiático a encontrar la muerte en una guerra absurda. Lo de ahora es quizá más absurdo todavía, aunque bien es cierto que todas y cada una de las personas que se meten esa mierda en el cuerpo lo hacen voluntariamente. Su potencia –cincuenta veces mayor que la heroína– y su bajísimo precio –de tres a cinco dólares la dosis– han logrado la cuadratura del círculo para los adictos. Un auténtico paraíso yonqui.
Naloxona
30/09/23 4:01
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