Todos acumulamos experiencias mientras vivimos. Y esas cosas que nos pasan o nos afectan dejan una huella en nosotros que conserva la memoria. La memoria humana es prodigiosa. Y nos hemos inventado mil formas de alimentarla, protegerla, fomentarla. Sin memoria, todo empezaría de nuevo cada día. Con los sistemas tan sofisticados de almacenamiento de información, nos hemos ido insensibilizando hacia la necesidad de ejercitarla o cuidarla como un tesoro y una valiosa herencia. Pero la experiencia no es solamente información, hechos, datos… es asimilación personalísima que hacemos de lo vivido o aprendido. Tal vez por eso me gusta leer entrevistas. La forma más antigua de conservar el pasado es la conversación, dialogar, escuchar la voz de la experiencia. Cuanto más vives, más puedes contar.
Sin flash
La voz de la experiencia
29/05/22 3:59
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