Hace no mucho leía por internet que dejar de comer queso para ser vegano es un paso difícil, no por la defensa del animal, sino porque recuerda la leche materna, o leche de fórmula de la infancia. Me quedé asombrada. No sé si esta afirmación se basa en algo científico, sino no tiene valor en sí. Pero, dicho así, si lo piensas como la conexión a tu infancia más temprana, ese vínculo fuerte que recibiste de tu madre ¡viva el queso! Pensarlo me hace feliz, es como si rescatara a mi madre, etérea hace ya una década, en lo físico. Claro, usted lector se preguntará ¿se va a hacer vegana la columnista? no, no estoy en ese proceso. Pero sí me interesa la concienciación de lo que como. Paul McCartney decía que «si los mataderos tuvieran paredes de cristal todos seríamos vegetarianos».
Supervan Family
Vacas, cerdos y gallinas
21/02/18 20:02
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