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Como lo leen, sí, rotundamente es un crimen. Les describiré el escenario del mismo. Un salón comedor con su sofá, librería, mesas, sillas, maceta con orquídea, plantas altas y verdes, cortinas, cómoda, carrito para la televisión, juguetes, trona, y un ser vivo de 63 centímetros que la semana que viene hará 16 semanas conmigo, desde que salió de dentro de mi. Es el tiempo fatídico cuando una madre se debe de desprender de su hijo. Según la OMS la lactancia es recomendable hasta los 6 meses-2 años, y esta criatura no cumple ni los 4 meses para dejarla al cuidado de una señora extraña que se llevará lo mejor y no tan mejor de mi hijo. Al principio les costará acoplarse a sus ritmos, y cuando lo haya hecho nos dejará y otra señora extraña vendrá. Quizás esta señora no es empática, le da igual cuidar a mi hijo que a otro. Y quizás sea empática y me moriré sabiendo que lo estrecha entre sus brazos mientras yo trabajo para conseguir un sueldo y poder pagarla. Qué incongruencia. Parece que duele menos si es el padre o los abuelos quienes se lo quedan.

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Es un crimen dejar a un niño de tres meses y medio sin el amparo ni referente de su madre, más cuando lo hemos tenido 9 meses en nuestras entrañas y les hemos dado luz a este mundo. Tengo la buena suerte de trabajar en casa, y aunque lo que hago me cuesta el doble, y no gano económicamente lo que me gustaría nadie me va a quitar ver a mi hijo crecer el primer año de su vida. Lo hice con mi hija, la mayor, que pronto cumplirá dos años, y lo mismo haré con mi hijo, estar con él hasta que sepa andar y ya llevarlo a la escoleta. Pero el primer año es fundamental que su madre siga siendo su referente, las conexiones neuronales se están formando dándole estabilidad. Te incorporas al trabajo cuando solo ha podido ofrecerte darse la vuelta. Aún te queda por ver como se incorpora, sus carcajadas, sus gateos, su andar, si se ponen enfermos estar por ellos,... eso no lo dice la ley, solo que debes incorporarte al trabajo a las 16 semanas. Es un crimen. Hay que copiar lo bueno de otros países que funcionan y, que los niños presentan una mayor estabilidad emocional. Actualmente, las mujeres, estamos luchando porque se nos respete el derecho a criar, que debilitamos al querer tener las mismas condiciones que un hombre 'para poder trabajar. Ahora suplicamos que se nos ayude en la conciliación familiar, que podamos criar y trabajar. No hay gobierno, y sí hay crisis económica y crisis humana. España no puede permitirse que las mujeres tengamos que llorar en silencio el desprenderos de nuestros hijos con todo lo que conlleva gestarlos.