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Días de trabajo, días de descanso, celebraciones, aviones, autobuses, trenes, coches, barcos,... y curiosidades. La más absurda de todas pero la que más me intriga está en los aeropuertos. ¿Nunca se han preguntado quién es la persona que pone la voz a las informaciones en los aeropuertos? «Please passengers proceed to gate number»... vayas al aeropuerto que vayas es la misma voz, sea en castellano, inglés y demás. Imaginación al poder. Si me pongo a pensar me surgen tres imágenes. Una la de un guapo galán con dentadura blanca que destella alegría por las oficinas y la mujeres se derriten viéndole, de lo guapo y alegre que es. Hasta los hombre miran por el rabillo del ojo con recelo, queriendo ser algún día como él. Con un traje blanco y dobladillos dorados, a lo Elvis el rey del Rock. Amable, atento, y siempre predispuesto a ayudar. Llega a su cabina deslumbrante, se sienta, y hace ejercicios vocales (gorgoritos, carraspea, hace enjuagues, muecas exageradas para desentumecer los músculos de la boca. Masca romero, abre la boca saca la lengua y se echa un spray de própolis). Parece que está preparado para decir la puerta de embarque del futuro viajero. En otras ocasiones, me imagino que solo hay una cabina y en ella un señor bajito con bigote que graba la locución de vez en cuando, con ánimo rutinario. Y a veces creo que es una voz perfecta de ordenador, limpia y anónima. Una voz sin rostro. Sigo tiniendo pendiente comprobarlo. Así me pasó hace unos años.

Escuchante de radio, y seguidora de un dial escuchaba día sí y día también al locutor y presentador del programa matinal. Teniendo en mente al hombre que consideraba dueño de la voz. De mi estatura, alto, más o menos. Moreno, agradable de cara. Hasta que fui a conocerlo. Alto sí, en eso acerté. Y medio moreno, porque tenía un calva importante con su nariz aguileña que le caracteriza. Prefería mi visión idílica y perfecta. Él ya me lo dijo «¿es la primera vez que vienes a la radio?. Y ahora que me conoces, ¿te imaginabas que era calvo?» Je, je. Pero ¿por qué cuando imaginamos físicos nos los planteamos guapos, guapísimos?

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Tanto hombres como mujeres tendemos a idealizar lo que nos gusta, hasta que lo vemos con un cerrar y abrir de pestañas y ya la imagen de inicio cambia un poquito. No me imagino como en otras épocas cuando te carteabas con tu amado/amada y pasaban años sin verlo, hasta que venía a tu encuentro con la idea de casarse contigo. Habrá que hacer una video-llamada al hombre que radia «to gate number».


@sernariadna