TW

Me ufanaba en mi juventud de ser originario de la isla menor más industrial del mundo. Donde residiera, pronto o tarde, solía mencionarlo. Recalcaba además no tratarse de café, plátanos o azúcar, como en determinadas islitas, sino de calzado, para cuya confección se necesitan hasta 45 artículos diferentes, todos ellos importados del continente. Un hecho excepcional si se tiene en cuenta que, en sus inicios, las conexiones con la península eran prácticamente inexistentes.

...Y ahora, ¡se acabó! Ya no me puedo pavonear. Ahora menciono solamente el fastuoso puerto de Mahón, la pintoresca Ciutadella y el litoral con sus calas pinosas y su agua cristalina. Me remito tan sólo a exponer la indudable belleza de Menorca. Únicamente si la conversación se extiende menciono el descalabro del imperio, donde perdimos no sólo el brazo como Cervantes, sino la vida...Pasamos de 125 fábricas de calzado a unos pocos aventureros comparables a Indiana Jones.

Perdimos la flota zapatera, naufragamos, alcanzamos la orilla, la playa...En ella parece estar nuestro futuro, un futuro sostenible, para no emigrar como el maestro Cabrisas, fundador del imperio desaparecido.

De momento debemos ser pacientes. Transformar nuestra fuerza en filosofía. Doblar el dinero cual prestidigitador. Estar dispuestos a afrontar otros embates.

Nuestro futuro está –y estará- en manos de los visitantes. Debemos tratar por consiguiente de multiplicarlos. Hallar el modo de reconvertir el invierno en un veranillo placentero. Aprovechar la infraestructura hotelera; diseñar un engranaje, atractivo, de pasatiempos para el turista invernal. En fin, soltar las amarras de la isla y navegar hacia un futuro esperanzador...Su encanto y su carisma pueden suplir sin duda al sol...

Noticias relacionadas

Considero prioritario, para el éxito, vuelos directos, a buen precio, desde las principales ciudades de España y de Europa a la Isla. La gente con poder adquisitivo viajará sin duda hasta la carretera de Cala en Porter si no debe malgastar el tiempo y la paciencia en trasbordos...Y como conseguir un acuerdo ideal con alguna compañía aérea es utópico, no veo otra alternativa para potenciar el invierno que constituir una aerolínea...Aunque ésta resultara deficitaria, la compensación –incluso económica en su contexto- sería infinita. La marca Menorca refulgiría no solo sobre nuestras aguas, sino también en los cielos de Europa.

Menorca Airways

Perdimos la primera industria, no perdamos la segunda.

Esta vez no se puede errar.

florenciohdez@hotmail.com