Primero fue el balconing, después ese trance paranoico a lo «The Walking Dead» en el que entran los consumidores de MDPV o esa sustancia horrible conocida ya como la 'droga caníbal', y casi al mismo tiempo el mamading o en términos eufemísticos, concurso en el que una joven reparte generosamente sexo oral a los ¿caballeros? de un local para poder beber y acabar en coma etílico, y olvidarse así cuanto antes de ese capítulo de su existencia. Curioso, merecería todo un análisis la adaptación del lenguaje y el uso del espanglish para hacer sonar mejor, e incluso chistosas, las cosas más absurdas o asquerosas, como para amortiguar el golpe, el mismo que debe escucharse cuando se estampa alguien contra el borde de la piscina en un hotel.
Vía libre
Señores, ¡vaya semanita!
08/07/14 0:00
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