Pereza infinita hacia las noticias sobre las elecciones europeas. Casposa, chirriante, plomiza, cargante, molesta e inútil, son algunos de los adjetivos que podemos poner a la campaña que los partidos políticos organizan para arrancar los votos necesarios que les permite dormir la buena vida en ese cementerio de lujo que es el parlamento europeo, currando de lunes a jueves y viajando en primera por supuesto.
Al igual que algún senador se empeña en defender lo indefendible, es decir, demostrar que el Senado sirve para algo, es normal que la casta política nos bombardee ahora con la importancia que tiene el Europarlamento en nuestras vidas.
Que yo sepa los senadores de Menorca no representan ni llevan la voz de nuestra isla al Senado, por más que ellos afirmen lo contrario siempre votan lo que su partido les ordena, que por eso les pone a dedo, y no lo que es mejor para Menorca, vamos que no rompen la disciplina de voto ni por equivocación. Además, ya casi nadie duda de que el Senado es tan necesario en este país como un congelador en el Polo Norte. Y lo grave es que la tontería sale carísima.
Pues bien, en el Europarlamento más de lo mismo. Sin olvidar que los dos grandes partidos a lo largo de su historia han votado en Europa lo mismo en el 73% de las ocasiones, lo más preocupante es que los lobbies de poder campan a sus anchas por las oficinas de Bruselas y que los que cortan el bacalao se hacen las leyes a su imagen y beneficio importándoles menos de un pepino lo que le pase a los ciudadanos de los países que componen ese invento, en origen loable pero al que han moldeado hasta convertirlo en infumable, llamado Unión Europea.
Si Kant levantara la cabeza y viera como han prostituido su idea de Europa, regresaría corriendo a su tumba. El filósofo alemán proponía una federación de estados donde los ciudadanos tuvieran la última palabra y se dotaran de leyes que impidieran futuras guerras a un continente que siempre tenía conflictos bélicos. Resumiendo muy mucho digamos que Kant puso la semilla para la Europa de los ciudadanos en contraposición a los déspotas o tiranos. Y lo que esta gente ha hecho, queridos lectores, es la Europa de los mercados, los corruptos y los banqueros, vamos una Europa que inspira menos confianza que Ortega Cano al volante.
Pero ellos insistirán con sus globos, sus pegatinas, sus palabras huecas, sus discursos fatuos y vacios. Pondrán todo el merchandising y toda la parafernalia para arrancar voto a voto una supuesta legitimidad que les permita desmontar derechos como si no hubiera un mañana. Unos se asirán a la gran mentira de la recuperación y en inventar mundos de chucherías y ositos de colores para tapar el hambre y la miseria, los otros vocearan que se debe hacer todo lo contrario, pero mira por donde ellos no lo hicieron cuando gobernaban, es igual de lamentable que si un ayuntamiento dedicara dinero público a un concierto de Bisbal en lugar de a servicios básicos, no creo que nadie se atreviera, lo he dicho solo por poner un ejemplo.
El color se pierde a marchas forzadas y regresamos a un país, a un continente que verá la vida en blanco y negro. Si alguno piensa que desde el parlamento europeo se impulsaran medidas para cambiar el rumbo de algo puede esperan a que las ranas críen pelos para intentar depilarlas, porque los eurodiputados, salvando alguna honrosa excepción, bailan al son de la música que les marcan los mercados y estos de ética kantiana saben más bien poco.
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