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El Ayuntamiento de Maó apuesta por construir un edificio de nueva planta para el Conservatorio y olvidarse de la Sala Augusta. El Ayuntamiento de Ciutadella no sabe qué hacer con un espléndido edificio ya restaurado de Can Saura. La mole del antiguo Hospital Verge del Toro envejece a marchas forzadas. La lista de los espacios públicos abandonados es extensa y no tiende a reducirse sino todo lo contrario. Es una de las hipotecas que más pesan: existe un coste de mantenimiento, no tienen utilidad, su restauración cada día ha de costar más dinero, y si a algún político visionario se le ocurre poner algo dentro genera un gasto quizás -quizás no- prescindible. Se trata de cajas sin zapatos.

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Creo que vale la pena valorar si el edificio por sí mismo tiene interés. Can Saura es un ejemplo. Su fachada barroca y la calidad de los espacios interiores ya rehabilitados recomiendan un uso digno, que aporte rentabilidad económica. Más que para un palacio de justicia merece destinarse a alguna actividad cultural con interés turístico, que de valor a nuestra cultura y patrimonio y que mejore nuestro producto turístico. Otros edificios que albergaron servicios públicos, han muerto y quizás la mejor opción sea enterrarlos, como lo que fue el hospital Verge del Toro. Sin duda tiene mayor valor la mejor parcela de Maó limpia de restos, que una mole cuya resurrección tendría un coste enorme. Vale más pensar en el futuro que regresar una y otra vez al pasado.