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Nos lo tomamos con calma por naturaleza. El españolito medio a estas alturas todavía no ha cumplido ninguno de los propósitos que a principios de año se marcó como objetivo para sacarle algo de provecho al 2011. Pero que nadie se apure porque todavía quedan 22 días y eso da para mucho. Además, seguro que más de uno tendrá que buscar entre las facturas, las papeletas del Gordo y la lista de la compra la servilleta sucia de la comida del último 1 de enero en la que, todavía chisposo por los excesos de la noche anterior, escribió aquello de 1- Ir al gimnasio cada día; 2- Aprender inglés; 3- Dejar de fumar, etcétera.

La Navidad es un periodo de rutinas. Muchos de los que están lejos de la Isla regresan para estar con los suyos, ver a los amigos, ponerse al día y subir algunas fotos al Facebook de ellos mismos de ruta por nuestras playas al atardecer añadiendo alguna melancólica descripción tal que "Somos unos privilegiados" o algo así para dar envidia por la gran ciudad.

Los estudiantes, por ejemplo, se prometen que estas fiestas será distinto, que se pondrán a trabajar en los deberes desde el primer día para que no les pille el toro y, con un poco de suerte, tenerlo todo listo antes de la noche de fin de año. No se lo creen ni ellos mismos.
La mayoría de los mortales nos intentamos convencer de que para esta Navidad haremos la compra de los regalos antes para evitar las aglomeraciones de los últimos días, pero ni por esas. Al final acabamos el 5 de enero, a última hora, pegándole un tute a la tarjeta de crédito en plan Billy el niño. Pañum, pañum, pañum.

Los que somos de buen comer, que también solemos ser de los que van posponiendo su visita al gimnasio semana a semana, nos marcamos un límite de atracones. Nos juramos ante cualquier cosa que en estos días no haremos excesos pero al final, entre turrón, chocolate, todo tipo de carne y alguna copita de champagne pasan las fiestas y nos preguntamos qué puñetas le pasa a la ropa porque parece que ha encogido.

Todavía es pronto para cumplir con los retos que nos marcamos en el 2011. He decidido que iré cada día al gimnasio tres horas, bueno lunes, miércoles y viernes solo una hora; no, el miércoles por la mañana. ¡Uy! Ya es día 10, no me compensa empezar ahora. Del día 1 de enero no pasa, lo prometo.

PD: Mejor si empiezo el día 2 porque el 1 quizá tenga resaca... Ya empezamos con las excusas...
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dgelabertpetrus@gmail.com