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A la petición de 200 padres, docentes, psicólogos y pedagogos de Menorca para retrasar el uso de los teléfonos móviles hasta pasada la adolescencia se ha añadido una iniciativa similar en Mallorca con una gran acogida. En 24 horas se ha creado un grupo de Telegram de más de 1.000 padres. Estas acciones ponen de manifiesto la preocupación de las familias por la adicción de los menores a estos dispositivos dotados de internet, que pueden alterar conductas y permiten acceder a contenidos pornográficos y violento. La iniciativa ‘Adolescència sense mòbil’ se ha hecho viral en un tiempo récord.

En Balears, entre primero y segundo de la ESO, nueve de cada diez alumnos tienen ya un smartphone. Los menores, de media, acceden a su primer teléfono inteligente con solo once años. El riesgo real es que estos aparatos, en su mayoría, tienen una conexión libre a internet, lo que permite que los  niños accedan a un mundo nuevo y peligroso, sin filtros, que puede ocasionarles traumas y distorsionar sus conductas. En las escuelas e institutos está controlado su uso, pero la realidad es que muchos alumnos consiguen colarlos o utilizarlos al salir de clase, con el consiguiente impacto para sus avances docentes. Las iniciativas de los padres para fijar nuevos criterios de acceso abordan una problemática que cada año se agrava.