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El Gobierno aprobó ayer el primer paquete de medidas sociales para frenar la expansión del coronavirus. Constituye un objetivo prioritario para el que no cabe descartar decisiones más drásticas en función de la evolución de los acontecimientos. Italia somete a cuarentena territorial a todo el país para frenar la escalada de contagios. Las próximas semanas serán determinantes para evaluar el impacto de esta crisis.

La prohibición de los vuelos con Italia y la suspensión durante un mes de los viajes del Imserso tienen consecuencias negativas para la economía de Balears. El retraso en la apertura de los hoteles a junio es un duro golpe para muchas empresas. Y la celebración de pruebas deportivas a puerta cerrada genera un clima de inquietud que debe desaparecer cuanto antes. El papel del Gobierno es de una gran complejidad. Hasta el momento ha retrasado al máximo decisiones contundentes, cuyos efectos prácticos y psicológicos sobre la población son polémicas. El principal enemigo en estos casos son los criterios contradictorios -el caso de las Fallas es paradigmático- al incrementar la inquietud, la desconfianza y la perplejidad de los ciudadanos.