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Desde hace dos ejercicios, el ente público Enaire-Aena, gestor de la navegación aérea en España, no facilita los datos económicos de los aeropuertos. Una opacidad contable que llama más la atención cuando está sobre la mesa la entrada de más capital privado, lo que significaría que el Estado perdería su actual mayoría.

Esta posibilidad afecta los intereses de Balears en materia de conectividad aérea, porque la gestión de los aeropuertos de Menorca, Mallorca y Eivissa no puede quedar supeditada exclusivamente a criterios de rentabilidad ni en términos comerciales ni operativos. La preocupación debería ser asumida por el resto de instituciones de las Islas, porque los aeropuertos son unas esenciales para las regiones insulares como Balears. Si el Estado pierde la actual mayoría del 51 por ciento, su futuro quedará en manos de fondos de inversión que solo buscan la máxima rentabilidad, sin tener en cuenta las necesidades locales ni el hecho de la insularidad.

Cualquier cambio puede acarrear pérdidas de competitividad y comprometer la estrategia de desestacionalización. Balears debe tener voz y voto en la gestión de sus aeropuertos.