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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, aseguró ayer que los socialistas no aceptarán ninguna condición que ponga en peligro la unidad de España para llegar a presidir el Gobierno. Era la premisa exigida por los dirigentes territoriales más poderosos -entre ellos, la presidenta andaluza Susana Díaz- para alcanzar algún acuerdo con Podemos. Su líder, Pablo Iglesias, propugna la celebración de un referéndum en Catalunya para desbloquear la reivindicación soberanista.

El PP de Mariano Rajoy todavía ve posible su reelección con el apoyo de Ciudadanos y por los desacuerdos entre las formaciones de izquierda.

Sánchez comete un error de bulto al avanzar su disposición a sustituir a Rajoy en La Moncloa cuando no se ha evidenciado la imposibilidad del candidato del PP para obtener la mayoría suficiente en la investidura. El líder del PSOE debe ser más cauto ya que su posicionamiento previo encalla el posible acuerdo con Podemos y le aleja de los acuerdos con otras fuerzas. Sorprende que solo unos pocos barones socialistas adviertan de lo difícil que será conseguir que el secretario general del PSOE sea el próximo presidente del Gobierno.