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Con unas pocas excepciones, donde hallamos empresas y administraciones públicas, la estructura productiva de la economía menorquina está formada por pequeñas y medianas empresas. Las pymes de Menorca, que constituyen la columna vertebral de la actividad económica de la Isla, son mayoritariamente empresas familiares. Gracias al esfuerzo de diferentes generaciones, constituyen la principal fuente para crear puestos de trabajo y riqueza en la Isla.
Ayer el IV Foro Menorca Banca March Empresa Familiar permitió conocer la trayectoria, el ejemplo y los retos que afrontan en la actualidad, desde Menorca, estas empresas. Además del relevo generacional han de responder a las exigencias de la globalización y la competitividad desde esta pequeña región insular que es Menorca.

Magda Pons-Quintana, Adolfo Vilafranca y Ferran Porto aportaron, con distintas voces, la experiencia de la apuesta por la calidad del producto, la diferenciación, y el compromiso para mantener el tejido productivo desde los sectores industrial, agroalimentario y turístico. De la mano de Banca March expusieron la necesidad de mantener el sentido y los valores de la empresa familiar en un entorno adverso, pero abiertos siempre a todas las oportunidades e iniciativas.