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La entrada en servicio del hospital Mateu Orfila, en 2007, implicó el cierre del antiguo centro sanitario Verge del Toro, inaugurado en 1960. Durante ocho años este edificio ha sufrido un continuado proceso de deterioro, destrucción y expolios, como tuvieron oportunidad de constatar ayer, in situ, la alcaldesa Conxa Juanola y el doctor Antoni Gómez Arbona, director-gerente del IB-Salut en Menorca.

El actual gobierno municipal de Maó ha paralizado la reversión de este edificio a la Seguridad Social, que había aprobado el anterior Ayuntamiento. Pero adoptó esta decisión sin conocer las posibilidades y los usos reales de utilización de este inmueble -un monumento del abandono y la dejadez de la Administración- construido con criterios arquitectónicos de la década de los 50 del siglo pasado. El antiguo Verge del Toro responde a otros modelos y planteamientos cuya reutilización, con las estructuras en vertical, carece de viabilidad. Los informes técnicos encargados por el Ayuntamiento avalarán que está condenado a la demolición, decisión que ya no se puede demorar. La gran cuestión, y decisión, consiste en el destino de los terrenos en un enclave privilegiado de Maó.