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El reciente anuncio del nuevo conseller de Ordenación del Territorio, Santiago Florit, de que no será derogada la Norma Territorial aprobada por el PP hasta que no haya sido revisado -léase sustituido- el PTI, pone de manifiesto que no es tanto lo que separa a las principales fuerzas políticas de la Isla en materia de urbanismo.

Que el PSOE, junto a sus socios de coalición Més per Menorca y Podemos, haga suyo uno de los principales hitos del PP en la pasada legislatura constituye un buen indicador de que es posible conseguir un pacto amplio sobre la ordenación territorial de Menorca. A partir de la propuesta del conseller Florit todos los partidos con representación en el Consell deben ahondar en esta senda con el objetivo de que el próximo PTI sea verdaderamente fruto de un amplio consenso y no siga siendo objeto de más cambalaches políticos.

El urbanismo constituye una pieza esencial para el desarrollo socioeconómico de Menorca y todos los partidos -gobierno y oposición- deben ser conscientes. Precisamos menos retórica ideológica y más pragmatismo para que Menorca consiga aquellas herramientas que estratégicamente necesita.