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Los presupuestos de la Comunidad Autónoma para el 2016 -los primeros que redactará el Govern formado por PSOE y Més, con el apoyo externo de Podemos, que votó la investidura de la presidenta Armengol pero se negó a entrar en el Ejecutivo- constituirán la prueba de fuego y el principal indicador de su cohesión y de su estabilidad.

Cuando el proyecto de presupuestos sea remitido al Parlament para su debate y aprobación sabremos entonces si hay partida -y a cuánto asciende- para ayudar al Consell a pagar la millonaria 'sentencia Cesgarden'; con qué cantidad ha sido dotado el traspaso de la promoción turística a Menorca; si se va a revisar la aportación para la competencia de transporte terrestre, transferida al Consell insular; si se ha previsto la construcción, junto al hospital Son Espases, de la residencia para pacientes de Menorca y Eivissa y sus familiares desplazados a Mallorca para recibir atención sanitaria. Y si se suprime la aportación destinada a los asesores de los dos senadores autonómicos de Balears.

Los presupuestos son el instrumento que marca la gestión concreta, los objetivos y actuaciones que se realizarán. Todo lo demás es debate político.