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La recepción que ofrecieron anoche los Reyes a una amplia representación social de Balears, un formato que sustituye la cena oficial con las autoridades, confirma el nuevo estilo que quieren imponer don Felipe y doña Letizia, en un ejercicio de transparencia y proximidad que dice mucho de cómo asume su papel el jefe del Estado en los tiempos actuales.

Los Reyes han demostrado su interés por Menorca y su sensibilidad con la Fundació de Persones amb Discapacitat. Este hecho, potenciado en la anterior etapa del Consell, ha acercado la Casa Real a nuestra isla.

Determinados partidos y organizaciones han preferido rechazar la invitación de la Casa Real, un gesto respetable que en algún caso se entiende como la lógica consecuencia de su postura ideológica respecto a la institución monárquica. Sin embargo, justo es advertir que con su ausencia se pierde una magnífica ocasión para hacer llegar sus inquietudes a la más alta representación del Estado. Por tanto, de cara a futuras convocatorias quizá sea oportuno replantear determinadas decisiones, que pronto serán olvidadas y por tanto inútiles, que da la impresión de que están motivadas más por el oportunismo y no por la oportunidad.