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En diez años, la oferta de alojamiento en establecimientos de cuatro y cinco estrellas en Menorca ha registrado un incremento del 56,3 por ciento, al pasar de las 7.587 plazas del 2014 a las 11.862. Las actuaciones de medida a favor de la calidad se han acentuado durante estos últimos años, y solo durante el 2014 más de 5.200 plazas aumentaron su categoría.

Menorca, como lugar excepcional por su condición de Reserva de Biosfera y por la magnífica oferta para el turismo activo y de naturaleza, cultural y patrimonial, gastronómico y con un entorno privilegiado para la práctica de las actividades náuticas, debe apostar por unos visitantes que sepan apreciar todos estos valores.

Este aumento de categoría en la planta hotelera menorquina constituye una buena noticia y confirma que estamos en el camino acertado. Debemos añadir otro dato relevante: los hoteles rurales y los agroturismos se han duplicado estos diez últimos años.

Somos un espacio diferenciado y de lujo, lo que no significa lujoso; una región insular capaz de marcar diferencia para ser valorada. Menorca es mucho más que sol y playa por su situación, su entorno y riqueza paisajísticas, su historia, costumbres, tradición culinaria y la discreción de los menorquines. Un destino único.