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Cinco días después de haber publicado este rotativo que el alcalde de Es Migjorn ha consentido la caducidad del expediente disciplinario incoado por el Ayuntamiento que preside al haber realizado obras ilegales en su propia casa, la dirección del PSOE-Menorca sigue encerrada en el mutismo.

Desde el primer momento, la ejecutiva de Vicenç Tur se ha negado a pronunciarse sobre un caso que evidencia la falta de ejemplaridad, ética y estética que debe presidir el comportamiento de quienes desempeñan cargo público, como es Pere Moll Triay.

Pretender ocultar las irregularidades cuando las comete un alcalde del PSOE y actuar con locuacidad y exigencias cuando el implicado pertenece a otro partido constituye una grave incoherencia y una actuación errónea, basada en la doble vara de medir.

El PSOE-Menorca no puede persistir en la negación de la evidencia, porque este procedimiento administrativo sancionador se puede reemprender. La infracción urbanística no ha prescrito: el plazo de ocho años se interrumpe el 2010, cuando se inicia el procedimiento caducado, y se debe volver a contar a partir de 2011, cuando se paraliza. El alcalde Pere Moll debe afrontar sus responsabilidades, tanto administrativas como políticas, y abonar la sanción que marca la ley que ha vulnerado.