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Nuestro país no deja de producir nuevos especímenes políticos. Recientemente, han aparecido hasta tres prototipos del denominado político de dos cabezas: uno del PSM, uno de Iniciativa Verds-EQUO, y otro de Esquerra Republicana. En este mismo periódico se les pudo ver hace unos días posando sonrientes con un papel entre sus dedos. Ese papel es al parecer un manifiesto, de título «Menorquins pels Països Catalans», a través del que muestran su apoyo a la creación de una República Catalana. Estos tres señores ven en la independencia de la comunidad autonómica catalana «una oportunidad de cambiar de modelo de estado, algo que es imposible dentro de España», dicen, y conseguir así «una sociedad con menos tolerancia a la corrupción y un mayor respeto hacia los colectivos que la forman». Cuando lo leí, no me lo creía. Estos tres representantes de la nueva política, al decir lo que dicen, en tono solemne solo comparable a cuando en Yalta se reunieron otros tres pesos pesados de la política -Churchill, Roosvelt y Stalin-, aunque los de ahora en manga corta y bermudas veraniegas made in Quechua, nos están intentando advertir de algo de lo que quizás no nos habíamos dado cuenta: España es corrupta, algo inherente a su ADN, y además no respeta a los colectivos (?) que la forman, y por ese motivo debemos desde Menorca solidarizarnos con el anhelo secesionista catalán. Es comprensible. La clase política catalana no conoce lo que es el delito. Probablemente las cloacas del Estado corrupto español son las que se han inventado los casos Banca Catalana, ITV, Millet, Palau, Pallerols, Pretoria, Torredembarra, también sin duda lo del 3 por ciento.

Cómo es posible que unos representantes de nuestras instituciones, al menos dos de los tres lumbreras lo son, digan semejantes sandeces. Y hete aquí lo de su dos cabezas. Al cabo de unos días, con el tic cobardón del político de los nuevos tiempos, se escudan en que no lo dijeron como concejal o conseller, sino a título personal, o como miembro de los partidos a los que pertenecen, o qué se yo. ¿Lo sabrán ellos? Les propongo que se aclaren, quizás los días pares podrían ser cargos institucionales, y los impares ciudadanos corrientes, filósofos supongo.

No me puedo olvidar de lo de los colectivos que forman España. Nos lo han de desvelar, aunque sea en ropa casual, pues yo pensaba que España la formaban ciudadanos, algunos residentes en Andalucía, bastantes, algunos en Murcia, no tantos, otros en Cataluña, etc . Pero intuyo que se refieren al colectivo de la PAH, al colectivo LGBT, al colectivo 15-M, al colectivo anti taurino, al colectivo «quememos todas las banderas menos la nuestra», etc.

Lo irónico del asunto es que al reprenderles desde el PP, de forma bastante cariñosa la verdad, uno de los tres, el que viene a ser el Groucho del trío, les suelta que lo que hacen es tratar a Menorca como una colonia. O sea que lejos de reconocer su interés en que Cataluña sea república y así poder sacudirse la corrupción que le endosa la corrupta España, dice que quien trata como colonia a Menorca es el PP, para nada ellos, que lo que hacen es mendigar a la metrópolis para que les acoja en su seno. Igual su parecido es más con Pétain, o alguno de ese otro modelo de político, el del político títere.