El nuevo juego de mesa menorquín, una propuesta recomendada para niños y niñas de a partir de 6 años y sin límite de edad por arriba. Un paseo por toda la Isla a golpe de dado | Xavi Cardell

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Cada vez que Marta Puig regresaba a Catalunya para ver a su familia se proponía llevar a sus sobrinos un regalo que hablara de la Isla en la que vive y que además sirviera como juego. Un reto difícil, ya que nunca consiguió dar con el producto que tenía en mente. Es por eso que se dijo a sí misma, «si no existe, me lo voy a inventar». Esa fue la semilla de «L’illa dels fars», un proyecto que empezó a tomar forma hace ya tiempo pero que no llegó a transformarse en una realidad hasta el pasado verano.

Puig tenía muy bien definido en su cabeza el tipo de juego que quería y comenzó a moverlo con firmas que lo pudieran lanzar al mercado. Una fase siempre complicada que dejó la idea en stand by hasta que una casualidad lo volvió a poner en marcha. Fue ahí cuando entró en juego la ilustradora y diseñadora colombiana Margarita Espinosa, residente en la Isla desde hace años.

El destino quiso que hace unos años ambas se convirtieran en vecinas «y nos hicimos amigas», relata Espinosa, quien conoció de primera mano el dossier con el proyecto de Puig, al que a partir de ese momento se unió encargándose de toda la parte artística. «Prácticamente trabajamos de ventana a ventana», rememora la propietaria de la marca Caperucita Azul y artista popular en Ciutadella por sus coloridas participaciones en el festival de Street Art.

La covid fue el último obstáculo al que tuvo que enfrentarse el proyecto creativo, que no se pudo poner a la venta hasta hace unos meses. La buena noticia es que la gran acogida de la idea ha propiciado que se haya tenido que encargar una segunda edición de «L’illa dels fars».

Una propuesta para adentrarse a fondo en la aventura de ir conociendo poco a poco los rincones de la Isla, de punta a punta, y por supuesto los siete faros que alumbran el recorrido. En realidad se trata de un juego de una mecánica bastante simple, con un funcionamiento de las reglas muy parecido al de un tablero tan clásico como el de la Oca.

«Es un juego fácil, pero también diría que es como una especie de souvenir interactivo», señala Puig. Un artículo idóneo también para coleccionistas en el que el objetivo es «ir atrapando los faros» de Menorca, aunque también las reglas establecen una segunda modalidad en el que objetivo de las conquistas son los pueblos. «Entre las dos fuimos haciendo pruebas y aportaciones para que cada vez resultara más dinámico», explica Espinosa.

Así, Menorca gana un nuevo juego de mesa para su colección, de la que ya hace años que forma parte «El joc del Camí de Cavalls», una propuesta que en este caso gira alrededor del histórico camino que rodea la Isla.