Una de las detenciones del último mes en Ciutadella | CNP

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Son cuatro de los delincuentes habituales que forman parte del panorama de los bajos fondos de Ciutadella, todos ellos de nacionalidad española, en la mayoría de los casos nativos de la misma ciudad menorquina. Cuatro hombres de entre 33 y 45 años, fundamentalmente, amigos de lo ajeno que han sido arrestados durante el último mes, e incluso alguno de ellos, en más de una ocasión, por delitos contra la propiedad. No son los únicos reincidentes conocidos de la ciudad, pero en este otoño están siendo los más activos, entre los 25 que tiene «fichadísimos» la Policía Nacional, por su desempeño delictivo en el municipio.

Sumadas esas recientes detenciones a su largo historial policial y judicial, que también incluye condenas en prisión, acumulan entre los cuatro alrededor de 165 arrestos desde que comenzaron a delinquir, una vez alcanzada la mayoría de edad. Responsables de la Policía Judicial de la Policía Nacional de Ciutadella les conocen de forma sobrada y, por razones obvias, se convierten en los primeros sospechosos desde hace varios meses, cuando se denuncia un robo con fuerza en un domicilio o en un establecimiento comercial del municipio. No es una exageración afirmar que su presencia resulta familiar en las dependencias policiales, especialmente en la planta inferior donde están ubicados los calabozos, y también para los agentes de la Policía Local que han participado en muchas de esas detenciones, en dispositivos conjuntos.

Dos hombres de 45 años, uno de 33 y uno de 34 componen este ‘póker’ de delincuentes comunes con problemas de adicciones a sustancias estupefacientes, que solo en los 31 días de octubre han sumado cinco detenciones, todas ellas por robos con fuerza e, incluso, uno con violencia a una mujer mayor en Cala en Blanes, y uno más por un hurto de un automóvil en el centro de la ciudad.

En el momento de las detenciones, los agentes les imputan varios robos que originan ese arresto, cometidos en las semanas precedentes.

Los cuatro, sin embargo, a pesar de su contumaz reincidencia, han eludido el ingreso en prisión preventiva, y están en libertad provisional tras prestar declaración ante el juez de guardia y quedar pendientes de juicio. Al de 33 años, detenido por robar en un colegio el 22 de octubre, se le imputaron otros tres robos, los días 22 y 25 de septiembre y el 7 de octubre.

Otro, el de 34 años, fue arrestado el 27 de octubre, descubierto por una mujer mayor en su casa, a la que arrebató varias joyas de las manos. A este se le imputaron, además, otros 12 robos.

Los otros dos detenidos, ambos de 45 años, fueron cazados in fraganti el 12 de octubre, cuando entraban en una casa cerca de la comisaría, usando para ello una herramienta pata de cabra. Uno de ellos volvió a ser detenido el día 26, después de robar en varios locales comerciales, uno de ellos, una tienda de comestibles en la que llegó a agredir al dueño. Los cuatro permanecen en libertad provisional.

Adictos a la cocaína y sin trabajo

Uno de los cuatro detenidos en estas últimas cuatro semanas, acababa de salir de la prisión de Menorca hacía escasas fechas. Se trata del joven de 33 años que fue descubierto oculto en el salón de actos de un colegio, en el que había entrado a robar el pasado día 22. Los jueces, por lo general, de acuerdo con las peticiones de los fiscales, son reacios a dictar autos de ingreso en prisión, especialmente si no hay violencia física en las acciones delictivas. En su lugar, imponen medidas cautelares, como la retirada del pasaporte y la obligatoriedad de presentarse en el juzgado cada 15 días.

Los cuatro detenidos, en el último mes han estado especialmente activos debido a su adicción a la cocaína. Al estar en libertad provisional, sin trabajar y con la necesidad imperiosa de consumir sustancias estupefacientes, recurren a los robos para conseguir dinero con el que comprar la droga.

El apunte

Frustración policial por el tiempo que se hurta a la investigacion

Detener, una y otra vez, a la misma persona que queda en libertad pendiente de juicio, causa frustración entre los agentes de la Policía Nacional. No tanto porque son conscientes de que van a volver a delinquir tarde o temprano debido a sus adicciones a las drogas, como por el tiempo que estos arrestos les quitan a las investigaciones de otros casos que requerirían una mayor dedicación.

Los agentes de la Policía Judicial de la Policía Nacional de Ciutadella, como de los otros cuerpos, refieren el tiempo que deben dedicar a la elaboración de los atestados.

Responsables del departamento opinan que las detenciones continuas a los mismos delincuentes que quedan en libertad una y otra vez no pueden atribuirse solo a jueces y fiscales, sino al sistema legislativo que permite las puestas en libertad. «Si un hombre delinque y no está en tratamiento, pero tiene una adicción delictiva, está claro que va a volver robar o delinquir». Es por ello que los policías se inclinan por una reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana que contemple esta casuística.

Los acuerdos por conformidad en los juicios a prevención reducen, en muchos casos, a su mínima expresión las penas solicitadas por los fiscales en sus escritos de acusación. Esos pactos que caracterizan parte del sistema judicial español suponen que muchos acusados eviten la entrada en prisión al reducírseles las condenas por debajo de los dos años de cárcel, con lo que no se ven privados de libertad. Los delincuentes habituales de Ciutadella, en pocos casos utilizan la violencia o intimidación, «pero eso no quiere decir que algún día no tengamos un disgusto serio», indica una fuente policial.