El agente del SPAT, José Ramón Hernández, junto a su vehículo en el antiguo Cuartel de Santiago. | Gemma Andreu

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La pérdida de documentación, los hurtos al descuido y los hurtos sin violencia son, por este orden, los problemas más frecuentes que presentan los turistas que son atendidos por el Servicio Policial de Atención al Turista (SPAT) de la Policía Local de Maó. El servicio cuenta con un agente, José Ramón Hernández, dedicado exclusivamente a la vigilancia de las zonas turísticas y la asistencia a los visitantes de mayo a octubre.

La temporada 2015 es la segunda que cumple esta atención, instaurada con la adhesión del Ayuntamiento a un programa de formación específica para policías que puso en marcha el Govern balear en 2013, año en el que también se estrenó en Mallorca.

«El turista valora muchísimo el ambiente de protección y respeta mucho al policía, cuando tiene un problema y te ve aparecer, para ayudarle y atenderle, inmediatamente se siente más seguro», explica Hernández, quien al mismo tiempo reivindica su trabajo y añade que el control de las zonas turísticas «no consiste en dar vueltas, no estás solo dando vueltas como puede pensar a veces la gente, sino que estás vigilando, y cuando recorres siempre los mismos sitios, sabes cuándo hay un coche o una persona que no es normal en la zona».

Y aunque Maó no es el municipio que más urbanizaciones turísticas tiene de la Isla, tampoco es precisamente reducido el territorio bajo el control y la asistencia del SPAT. Están Binidalí, Canutells, Cala Llonga, Sant Antoni, Es Grau, Sa Mesquida y Favàritx entre otras zonas muy visitadas del litoral del término municipal, que además incluyen espacios naturales protegidos. Además, recuerda Hernández, Maó cuenta con turismo de ciudad, que se aloja en los hoteles urbanos y que también requiere de atención. «La prevención es muy importante», señala, «y sobre todo hay que evitar la doble victimización de la víctima, ayudarla en todo». ¿Cuándo se da esa doble victimización? El agente es claro: «Imaginémonos a nosotros mismos, sin pasaporte o víctimas de un robo, fuera de nuestro país». El sentirse desorientado, sin saber qué hacer, a quién acudir, hace que el delito se viva aún con mayor angustia, y es lo que este servicio busca a toda costa evitar.