Imagen de numerosas embarcaciones fondeadas en Macarella | Gemma Andreu

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La invasión de las zonas señalizadas para el baño en las playas es la infracción que más se repite por parte de las embarcaciones de recreo -y otros artefactos náuticos como velomares, kayaks, tablas, flyboards entre otros-, que navegan por las aguas menorquinas. Las infracciones se concentran en los meses de la temporada alta y entre un 75 y un 80 por ciento de las mismas son protagonizadas por barcos de recreo y actividades de ocio particular.

Estos son los datos del balance anual del distrito en Menorca de Capitanía Marítima, cuyas competencias son la seguridad marítima, la seguridad en la navegación y luchar contra la contaminación.

Por tanto, de las cerca de 40 sanciones que tramita al año este organismo, 30 corresponderían a los yates, lanchas u otras embarcaciones de recreo.

Por número de casos, en el ránking de infracciones la primera es navegar o fondear en zonas balizadas para los bañistas. En segundo lugar se situaría el alquiler de barcos sin autorización o por parte de personas que no tienen el título profesional correspondiente; en tercero, el exceso de velocidad o el navegar en condiciones que ponen en riesgo a otros barcos, por ejemplo, produciendo oleaje que puede hacer volcar a otras pequeñas embarcaciones; por último, el menor grupo de sanciones se debe a barcos que navegan sin la documentación reglamentaria.

Hay que tener en cuenta que el balizamiento de las playas se autoriza por parte de la Demarcación de Costas a propuesta de los municipios a los que pertenece una playa en cuestión, y que no importa que ésta sea o no urbanizada.


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