El acusado, Lluís V.G., a su llegada al juicio junto a su familia | Mausi

TW
16

El guardia civil de Tráfico que instruyó el atestado declaró ayer en el juicio que no percibió síntomas de que Lluís V.G. hubiera bebido, «ninguno» remarcó, ni de cansancio. Solo le vió «muy asustado y desorientado». Explicó que la tasa de alcoholemia fue de 0,20 y la prueba de consumo de drogas negativa. Fue taxativo al afirmar que en su opinión la velocidad «no fue la causa del accidente» aunque admitió que era difícil de determinar, dicha variable no se tuvo en cuenta porque «no veo que esa fuera la causa, sino la invasión del carril contrario».

Noticias relacionadas

La versión del agente es que el joven se quedó dormido porque «hace un recto, si hubiera ido despierto habría trazado la curva, mejor o peor pero la hubiera trazado». El guardia basó su teoría en que «no hay una reacción al ver algo que conlleva un riesgo», como eran los ciclistas, «sigue en recto y sin la bionda hubiera seguido recto».

De ese modo se explicaría la inexistencia de huellas de frenada o cambios bruscos de dirección para intentar evitar el impacto. Según el agente, no se le ofreció contrastar el análisis de alcoholemia «al dar negativo», se le practicó el primer control «por protocolo» y el segundo no se hizo «porque se lo llevan al hospital». En cuanto a que saliera de Menorca ese mismo día, el guardia señaló que «no estaban imputados ni detenidos, le dije que estuviera localizable, yo no podía privarle de que se fuera a su casa, si hubiera vivido en Alaior se hubiera ido a Alaior».