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El autor del atropello que causó la muerte a dos ciclistas el 1 de agosto de 2010, Lluís V.G., se declaró ayer no responsable de los dos delitos de homicidio imprudente que se le imputan y por los que el fiscal y la acusación particular reclaman 4 y 12 años de cárcel respectivamente mientras que la defensa pide la libre absolución.

«No vi a los ciclistas, no vi nada», aseguró ante el juez Bartomeu Mesquida el conductor del vehículo que segó la vida de Juan Garriga Carreras y José Antonio Tena Naranjo en la carretera general, y que entonces contaba con 21 años de edad. Se sentaba en el banquillo de los acusados cuatro años y tres meses después del accidente para rendir cuentas de lo sucedido aquella mañana, cuando se dirigía a Maó e invadió el carril contrario, sentido a Ciutadella, y arrolló al grupo de cuatro ciclistas de los cuales solo sobrevivieron dos.

«No me acuerdo» y «no lo sé» fueron algunas de las frases más repetidas por Lluís V.G. en respuesta a las preguntas de los abogados de la acusación particular y del Ministerio Fiscal sobre la velocidad a la que circulaba o sobre el tiempo que empleó en desplazarse desde Ciutadella a Alaior, donde tuvo lugar la colisión.

Pacto
Afirmó el acusado que había «pactado» con su amigo y acompañante en el momento del siniestro, Alejandro C.L., que conduciría él y que por eso en los bares de Ciutadella solo consumió «una copa y una coca-cola», esta última «porque tenía sed»; dijo no recordar la velocidad a la que circulaba por la carretera pero que en todo caso serían «unos 80» kilómetros por hora y, ante la insistencia del letrado de la acusación, añadió que no miraba el velocímetro del coche todo el tiempo. El joven negó que su conducción fuera temeraria o peligrosa ni haber adelantado a otros coches; negó también que se hubiera quedado dormido al volante, y subrayó que «era totalmente capaz, más capaz que mi compañero, para conducir».

Aparentemente tranquilo pese a la presión de tener a los familiares de las víctimas muy cerca; sin apenas moverse en el banquillo durante las casi seis horas que duró el juicio, salvo para retorcerse las mangas de su jersey y para ponerse la chaqueta ya casi al final de la sesión; el conductor afirmó haberse sentido deslumbrado por el sol «giré la curva y ya no vi nada más». Añadió que días antes había notado algo extraño en el coche, que «se iba» por detrás en alguna rotonda, aunque pese a ello no se había quejado del problema a la empresa de 'rentacar'.

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Lo primero que hizo tras el impacto, según su versión, fue preguntar a su amigo si estaba bien, salir del vehículo, rodearlo e ir a la puerta del copiloto y en ese momento al girarse «vi lo que había pasado».

«Mi compañero llamó al 112 y yo a mi padre», afirmó el joven, quien asegura que preguntó a uno de los ciclistas heridos cómo estaba pero «no tuve valor para acercarme más». Lluís V.G. había venido a Menorca de vacaciones; conocía ya la Isla, que había visitado en otras ocasiones pero era la primera vez que conducía.

La misma tarde del accidente abandonó la Isla y regresó a Barcelona. Según explicó, «me fui porque ya no tenía sentido continuar mis vacaciones aquí» y porque «la Guardia Civil me dio permiso».

Sin «recuerdos precisos»
En la misma línea que el acusado, su amigo y copiloto en el momento del suceso, Alejandro C.L., afirmó que se acordaba «parcialmente» de lo sucedido y corroboró que existía un acuerdo entre ambos para que él pudiera beber y el acusado, Lluís V.G., condujera el vehículo.

Por ese motivo, porque «yo sí había bebido», manifestó no tener «recuerdos precisos» del momento del accidente, ya que en ese instante pudo haberse quedado dormir. Negó su pertenencia al grupo de Facebook 'Salir de fiesta a ver qué se cuece y volver cocidísimo', todavía activo en la red social y que los abogados de la acusación esgrimieron ante el juez para argumentar la costumbre de beber de ambos jóvenes. Negó que ambos hubieran pasado por las fiestas de Es Migjorn antes de ir a Ciutadella y, como había hecho momentos antes el acusado, Alejandro C.L. señaló que éste le había comentado «que el coche iba mal» pero no se planteó si esto era seguro.