Las piedras que coloca la gente para pasar hacen más inestable el camino. | C.C.

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Instalar una pasarela es la nueva solución prevista para asegurar el paso en el problemático tramo del Camí de Cavalls que cruza el barranco de Son Boter, entre Torre-solí y la pequeña cala de Talis, ubicada entre las playas de Son Bou y Sant Tomàs. El sendero, de unos 140 metros, es uno de los más concurridos de la Isla y en los últimos años ha suscitado las quejas de los turistas de Torre-solí y Sant Tomàs, así como de excursionistas y ciclistas locales y extranjeros que acostumbran a transitar por este camino que ofrece unas vistas excepcionales entre campos y pastos.

El motivo de las protestas: el sendero pasa la mayor parte del año inundado de agua turbia del torrente y barro, por lo que a menudo intentar cruzarlo resulta complicado o imposible. Los bloques de piedra arenisca que se instalaron a modo de solución no solventaron el problema, más bien añadieron complicaciones: «Es un paso demasiado estrecho como para que puedan cruzar personas en direcciones opuestas, y aún menos personas y bicicletas», apunta Joan Febrer, de Camí de Cavalls 360º.

Para acabar de empeorar la situación, señala Febrer, «la gente periódicamente pone piedras para evitar mojarse los pies, pero esto al final provoca que sea un paso aún más inestable y peor para las bicicletas». Mojarse los pies puede formar parte de una ruta senderista, pero el hecho de que sea un paso tan estrecho, que constantemente quede tapado y por el que no pueden cruzarse caminantes en ambos sentidos sí que supone un problema a solucionar. «La conservación del Camí de Cavalls es indispensable para ofrecerlo como reclamo para el turismo de naturaleza y encontrarse con el camino inundado en el tramo de Son Bou a Sant Tomàs supuso empañar una experiencia preciosa», indica una de las denuncias recibidas a este diario en los últimos meses por parte de un usuario de este sendero que cruza el barranco de Son Boter.

Respuesta de las instituciones

«Somos conscientes del estado en el que se encuentra, el paso ha quedado intransitable», afirman desde el Ayuntamiento de Alaior, que asegura haber notificado al Consell insular para solventar la situación. Desde la institución insular confirman que desde el pasado mes de diciembre tramitan una solución con el Govern, que es, indican, quien tiene competencias en este caso. Ambas instituciones están cerrando el proyecto para recuperar la transitabilidad de este tramo del Camí de Cavalls, que se centrará en actuar sobre la vegetación y el terreno para liberar el sendero.

Está previsto que, antes de la temporada estival, el Govern introduzca en la zona maquinaria pesada para retirar los bloques de piedra arenisca. Una vez hecho esto, el Consell podará y dará paso al camino con la instalación de una pasarela más alta de lo normal que, asegura, estará preparada para que también puedan transitar caballos. El coste de estas actuaciones, detallan desde la institución insular, se financiará con un presupuesto orientativo que aún debe aprobarse de 13.900 euros, que asumirá, según el Consell, la Conselleria del Mar del Govern.

La instalación de la pasarela pretende dar respuesta al reclamo popular de recuperar definitivamente la transitabilidad de este singular camino, en el que, explican desde el Consell, las sabinas habían tirado los muros de contención de los dos lados del torrente que desemboca al mar, provocando que el agua quedara estancada.

Las imágenes aéreas que proporciona la plataforma IDE Menorca desde 1956 sobre el tramo del Camí de Cavalls que cruza el barranco de Son Boter, entre Torre-solí y Talis, demuestran que el sendero estaba libre de agua hasta hace poco y que, en los últimos años, se ha acabado inundando. Apuntaba Anselm Barber, del Centre d’Estudis Locals, en un artículo de opinión publicado hace unos meses en este diario que «la aportación anómala del agua a la cuenca que alimenta el Prat de Son Bou —que se bordea a través de este camino— ha aumentado al llegar efluentes artificiales, como son los de las depuradoras de Es Migjorn Gran, Torre-solí y Sant Jaume». También indicaba que «la mina tradicional que desaguaba a Talis está cegada desde hace años y el canal entre la zona húmeda de Son Bou, la playa y el mar también está lleno de arena».

El apunte

Sa Mesquida, Fornells y Canutells: otros tramos a revisar

Los tramos de carretera del Camí de Cavalls que hay entre Maó y Sa Mesquida, la carretera de Fornells y de Es Canutells son otros puntos conflictivos del histórico sendero que recorre el litoral de la Isla que siguen generando entre los usuarios numerosas quejas por la peligrosidad que suponen para los excursionistas. «Son tramos nada adecuados para los senderistas y son con diferencia los más peligrosos del Camí de Cavalls», afirma Joan Febrer, de Camí de Cavalls 360º, que añade que «suponen además una experiencia desagradable para nuestros participantes y para todos aquellos que dan la vuelta por el Camí de Cavalls».

El desvío del tramo de Camí de Cavalls que lleva a Sa Mesquida es una de las inversiones que reaparecen en el proyecto de presupuestos del Consell para 2024 porque no se ejecutó el año anterior. La intención es cubrir este primer tramo por un camino alternativo que pasaría por el interior de los terrenos de la base militar de Sant Isidre.

El tramo del Camí de Cavalls que pasa por la carretera de Fornells también discurre sobre la calzada y carece incluso de arcén. El objetivo es completar medio kilómetro del carril bici que ya existe en la zona, un proyecto que sigue estancado.

Delimitar un carril bici fue la apuesta que se hizo en el tramo por carretera que hay en Es Canutells, aunque la escasa anchura del mismo sigue generando inseguridad entre los transeúntes.