Imagen de archivo que retrata la llegada de turistas británicos al aeropuerto.  | Gemma Andreu

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«Estamos muy frustrados con las aerolíneas, están siendo más que irrazonables al no ofrecer ni una de ellas un servicio directo y cobrar costes de vuelo excesivos». Este es el malestar que comparten decenas de británicos que tienen en Menorca una segunda residencia y que no consiguen encontrar vuelos asequibles para poder viajar.

A las restricciones del Brexit, entre ellas las que lastran las largas estancias con la limitación en el espacio Schengen de 90 días por cada periodo de 180 días, se suman ahora las dificultades para volar entre Londres y Menorca tras la renuncia de Vueling a operar la conexión en los meses de temporada baja de 2023 y 2024.

«Hemos estado buscando vuelos de Londres a Maó desde que regresamos de Menorca a principios de octubre y, a día de hoy, seguimos intentando encontrar vuelos que no impliquen escalas muy largas y que estén a precios razonables», explica un británico que, junto a su familia, es propietario de una residencia en la Isla, que visita con asiduidad desde 1985.

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Complicaciones

Tras el fin de la conectividad directa entre Londres y Menorca, viajar entre las dos localidades implica hacer escalas largas de hasta 10 horas, en algunos casos, que dificultan realizar estancias de pocos días. A esto se suman unos precios elevados que contrastan con los 25 euros que se llegaron a ofertar mientras duró el convenio de comarketing entre el Consell y las aerolíneas.

«Viajar entre el 1 y el 21 de enero nos sale por más de 400 euros por persona, con casi 10 horas de espera, en total», ejemplifican los británicos damnificados, que comparan estos precios con lo que les cuesta ir a otros destinos. «Málaga nos sale por menos de 50 euros y Nueva York por poco más de 500 euros», ilustran, a la par que insisten en que «muchas personas, principalmente propietarios, quieren viajar desde el Reino Unido a Menorca durante los meses de invierno y estamos seguros de que debe haber residentes locales a los que también les gustaría visitar Londres o París durante los meses de invierno».

Piden soluciones

Los ingleses con casa en Menorca, una de las zonas del territorio nacional donde el mercado británico de segundas residencias es muy relevante, lamentan que «todos están muy contentos al ofrecer servicios durante el verano, con precios inflados en comparación con la España peninsular, pero son muy tímidos a la hora de ofrecer un servicio social durante el invierno» y piden a la administración y a las aerolíneas revertir la situación.

Además, defienden que «si se puede crear un flujo más sostenido de personas que visiten Menorca durante los meses de invierno, habrá un efecto económico multiplicador para los negocios que permitirá la continuidad del empleo para los residentes locales».