Los voluntarios. Son entre 20 y 25 los que constituyen el grupo, pero solo una docena ejecuta las labores de limpieza en el terreno para adecentar los senderos | Gonçal Seguí

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Si algo une al grupo de voluntarios que desde hace más de una década centra su labor en recuperar los caminos naturales que pasan por Es Castell es el afán de rehabilitar los senderos para que cumplan con la función histórica básica de enlazar los diferentes enclaves de la Isla, especialmente los núcleos tradicionales como este municipio del levante insular. Del trabajo incansable y altruista que hacen desde 2010, cuando se enfundaron por primera vez los guantes de jardinería y cogieron las herramientas para desbrozar el Camí de ses Planes con las peñas ciclistas y los voluntarios del GOB que tomaron la iniciativa, se benefician todos aquellos que van a pie, en bicicleta o a caballo por estos caminos rurales de titularidad pública que, aunque existen en el mapa desde tiempos remotos, han quedado sumergidos bajo la vegetación por la falta de mantenimiento a lo largo de la historia.

Son un total de 12 los senderos en los que este grupo de voluntarios venidos de todas partes, no solo de Es Castell, ha actuado durante todos estos años. Al Camí de ses Planes se suman el Camí Vell de Fornells, de Ca les Floris, d’en Verema, de Santa Creu, des Garrover Gros, d’en Tallacotes, de Na Vella, d’en Ballesta, des Pou Vell de Toraixa, de Sa Torrilla y des Barranc de Toraixa. Es en este último camino natural donde, precisamente, el trabajo de rehabilitación que ejecutaron los voluntarios apenas unos días atrás chocó con la negativa de uno de los vecinos del sendero, que saboteó el tramo que con tanto esmero habían recuperado. No es la primera vez que se topan con esta situación. Es habitual, reconoce Gonçal Seguí, miembro del grupo de voluntarios, que los propietarios de las fincas ubicadas en los caminos rurales adopten actitudes reacias; pero con el tiempo acaban entendiendo que son senderos públicos, que los voluntarios cuentan con los permisos para ejecutar su labor y que su trabajo es, definen, inevitable.

Tanto es así que ya están manos a la obra para rehabilitar el Camí de na Fiscales y, de cara al año que viene, el Camí des Moro. Con estos dos caminos ya serán 5,877 los kilómetros que habrán recorrido y rescatado, a los que hay que añadir los relativos a las colaboraciones esporádicas que han hecho con la Associació d’Amics del Camí d’en Kane en el tramo de Binimoti.

El apunte

Una veintena de voluntarios que suplen el trabajo de la brigada

Son una veintena de voluntarios los que dedican su tiempo libre a recuperar los caminos naturales de Es Castell, aunque normalmente solo una docena ejecuta las labores de limpieza. Destacan aquellos que vienen de fuera del municipio a colaborar y especialmente dos mujeres que rozan los 80 años y que, aun así, se enfundan los guantes de jardinería para adecentar los senderos. Con su labor suplen el trabajo de la brigada municipal, que no da abasto para mantener los 66 caminos de titularidad pública. Las actuaciones son arduas y los voluntarios reivindican la colaboración del Ayuntamiento para conseguir una trituradora de ramas para ahorrar tiempo y generar compost como alternativa a la quema. También piden a la Administración resolver la petición de hace años de conectar el Camí de na Vella con el Camí d’en Tallacotes.