Salen a licitación dos autorizaciones para 165 + 30 amarres en la zona situada frente a las instalaciones del Club Marítimo hasta la gasolinera en el Andén de Llevant

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El Club Marítimo de Mahón está en disposición de recuperar, cuanto menos, los 165 amarres situados frente a sus instalaciones gracias a la decisión adoptada este jueves por el Consejo de Administración de Puertos de Balears.

La entidad que preside Francesc Antich ha resuelto dividir en dos la autorización para explotar estos amarres buscando un equilibrio que permita fomentar por una parte la práctica deportiva y social en la náutica mahonesa, y por otra, asegurar más ingresos con otros 30 amarres para embarcaciones de gran eslora. La resolución del concurso, que debe estar lista para el próximo verano, según fuentes de Autoridad Portuaria, traerá emparejado el desahucio inmediato de Trapsayates ejecutando así la última sentencia judicial, puesto que es la empresa que sigue explotando ambos espacios sin que tenga el título que le habilita para ello.

Las bases para el concurso de esta autorización, con una duración de dos años prorrogable a tres, contemplarán la preferencia que tendrán las entidades dedicadas al fomento del deporte, lo que sitúa al Club Marítimo de Mahón en una posición claramente ventajosa para recuperar los 165 amarres que ya tenía en el Andén de Llevant, antes de la polémica concesión a Trapsayates en 2008.

Estos amarres serán para barcos de entre 8 y 15 metros de eslora, entre la zona comprendida entre Sa Punta des Rellotge y Es Gatassus. «En esta instalación se habrá de prestar especial atención al fomento y enseñanza del deporte sin fines lucrativos», ha indicado Autoridad Portuaria.

El espacio para los barcos pequeños ocupa 19.167 metros cuadrados de lámina de agua y 698 metros cuadrados en tierra. Tiene cuatro pantalanes flotantes, además de la esplanada y su muelle asociado para la varada de las embarcaciones ligeras.

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La cuantía anual de la tasa de ocupación para estos amarres tiene un precio de salida de 160.862 euros.

Los otros 30 amarres de gran eslora saldrán de la reorganización del espacio que hasta ahora ocupaban los 165 existentes, y que pasan a ser de tamaño menor. La distribución les concederá 32 metros de línea de muelle y un pantalán flotante localizados en sa punta.

Para esta segunda autorización, con la misma duración y prórroga, la empresa que la obtenga dispondrá de 22.188 metros cuadrados de lámina de agua donde dar servicios a los 30 barcos de mayor tamaño.

El precio anual de salida en la licitación de este concurso es de 192.706 euros.

La resolución con las dos autorizaciones debe poner fin    al conflicto entre Ports y Trapsayates, que desde 2008 gestiona los 165 amarres tras ganar un polémico concurso, que acabó en los tribunales.Lo hizo ofreciendo un canon anual de 600.000 euros más una inversión para la mejora y ampliación de las instalaciones de 2,8 millones de euros, por un periodo de 14 años y 10 meses. El canon anual de entonces, con el que se llevó el polémico concurso, prácticamente doblaba el precio de salida de las dos autorizaciones que se licitan ahora.

En 2017 la concesión fue revocada, y aunque ya hay sentencia de desahucio dictada por el Tribunal Superior de Justicia, esta aún no se ha ejecutado. Desde Autoridad Portuaria han asegurado que una vez otorgada la autorización, el desahucio será inmediato para que los amarres sean explotados ya el próximo verano por el club o las empresas que consiga las dos autorizaciones.