Sant Tomàs | Josep Bagur Gomila

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Agrytursa, la sociedad de la familia Mercadal, promotora de Sant Tomàs, solicitó en octubre de 2017 que el Ayuntamiento asumiera la recepción de la urbanización. No hubo respuesta municipal y la promotora presentó una demanda contra la denegación por silencio administrativo de la solicitud de recepción tácita de las obras de la urbanización.

La demanda llegó al Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Palma, pero la promotora lo paró después arguyendo que prefería discutir sus pretensiones por vía administrativa. Tampoco tenía opciones de prosperar a la vista de la jurisprudencia, que descarta por completo la existencia de una recepción tácita de la urbanización.

Dos años después es el Ayuntamiento el que toma la iniciativa que ha de conducir al mismo fin, la recepción de Sat Tomàs, «algo que todos los candidatos en las sucesivas elecciones han anunciado, particularmente los socialistas y nunca se ha llevado a cabo», relata el concejal de Urbanismo, Ramón Verdú, quien apela al cumplimiento de la ley para llevar a cabo la recepción, «pero en condiciones».

Por ello le ha dado un plazo de tres meses a contar desde el 1 de septiembre para que lleve a cabo los arreglos y subsane las deficiencias señaladas por los servicios técnicos municipales en un informe firmado en octubre de 2018, un año después de la iniciativa de la promotora. La conclusión de ese informe es desfavorable a la posible recepción tácita de la urbanización porque «las infraestructuras a recepcionar están incompletas y los bienes no incluyen todos los terrenos a ceder obligatoriamente», señala.

Acuerdo de fondo

Lo único que se ha puesto en evidencia es la voluntad de ambas partes de que el Ayuntamiento se haga cargo de este núcleo medio siglo después desde que se construyeran las primeras calles y edificios. El escollo aparece en los requisitos de mejora exigidos a la promotora y la consecuente inversión. Fuentes municipales la cifran en torno al millón de euros.

Por ello, la primera reacción de la promotora ha sido presentar alegaciones a esas exigencias, según confirmó ayer un portavoz de Agrytursa, aunque no las ha dado a conocer.

Las obras que faltan para considerar completa la urbanización hacen referencia, según detalla el informe de servicios técnicos, a la falta de pavimentación y dotación de alumbrado público de algunos pasajes peatonales, que aparecen descritos. Además falta soterrar la red de media tensión, que actualmente discurre por tendido aéreo sobre varias parcelas y pasajes y falta también dotar de servicios urbanos de suministro la parcela destinada a centro docente, aunque es probable que nunca llegue a tener ese uso.

De acuerdo con el informe de deficiencias, la instalación de hidrantes contra incendios se halla en mal estado y una zona verde está tan descuidada que resulta intransitable.