Los propietarios de viviendas se afanan en registrarlas para su uso turístico antes de que se cambie la ley. | Javier Coll

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La presentación del borrador para la regulación del alquiler turístico el pasado mes de diciembre ha provocado un efecto llamada entre los propietarios de viviendas de Menorca. Lo muestran los datos oficiales del departamento de Ordenación Territorial y Turística del Consell, que entre diciembre de 2016 y enero de 2017 ha recibido 49 solicitudes de registro de viviendas que quieren darse de alta para alojar a turistas. Un año antes, en los mismos dos meses, el ritmo de solicitudes se mostraba ostensiblemente inferior, tan solo se contabilizaron trece.

Detrás de ese repentino interés por los propietarios menorquines por registrar las viviendas para su uso turístico parece estar el temor a la moratoria de facto que se puede producir si el Consell no aprueba la zonificación del alquiler turístico ?las zonas en que estará permitido? en el momento en que se apruebe la modificación legal que abrirá el abanico a otras modalidades de vivienda de las actualmente permitidas.

El Consell trabaja para evitar que se produzca ese interludio, priorizando la zonificación sin la cual, una vez aprobada la modificación legal para regular el alquiler turístico de plurifamiliares, no se podrán dar licencias, ya no solo a las nuevas tipologías que introduzca la modificación de la Ley Turística, sino a todas las tipologías de viviendas, también a las que actualmente cumplen con los parámetros legales.

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