Una de las fuentes del CP Maria Lluïsa Serra demarraba ayer la última gota. | Gemma Andreu

TW
24

La carta enviada por Hidrobal a los domicilios de Maó para recordar que el agua que sale de los grifos no es apta para el consumo ha movilizado a la población y, en especial, a los centros educativos. Los índices de nitratos detectados por encima de los 50 miligramos por litro ha llevado a los colegios a cortar el suministro de agua en las fuentes.

El Ayuntamiento de Maó ha tomado una serie de medidas rápidas a raíz de la preocupación y alarma que se ha creado en torno a este tema. Los centros educativos recibirán esta misma semana dispensadores de agua. El Ayuntamiento de Maó ha adquirido medio centenar de unidades. Algunos de ellos se instalarán en el polideportivo municipal. Se trata de una decisión «provisional» y «urgente», según la alcaldesa Conxa Juanola, dirigida a reducir las consecuencias de este exceso de nitratos.Juanola indica que lo principal ahora es dar una respuesta rápida y efectiva a los niños para garantizar su bienestar y tranquilizar a las familias.

El Consistorio ya ha facilitado, además, depósitos de agua potable a las dos cocinas de los comedores escolares. Y se está trabajando en la instalación un tratamiento de osmosis que permita evitar nuevas situaciones como el actual.

La situación no es nueva pero los centros educativos coinciden en asegurar que la misiva era clara y era necesario tomar medidas para no poner en peligro la salud de los alumnos. Algunos incluso desconocían que la situación tuviera antecedentes. «Todo el curso pasado bebieron agua de las fuentes», apuntaban desde la mayoría de centros.

Los colegios han advertido tanto a padres como a alumnos de la medida tomada y de que, por tanto, deben traer su botella de agua de casa. Han hecho especial hincapié en los grifos de los baños -no clausurados- para que nadie beba de ellos. En el caso de los centros educativos de CP Mare de Déu del Carme y CP Fontirroig, por ejemplo, han adquirido garrafas para ir rellenando las botellas de los alumnos en caso de necesidad. Desde el CP Maria Lluïsa Serra aseguran que la medida se tomó tras recibir la misiva y después de que algunos padres mostraran preocupación. Desde el colegio concertado Sant Josep, indican que han comprado agua para cocinar y suministrarla a los niños que quedan a comedor. En el caso de los institutos, desde el IES Joan Ramis i Ramis también están valorando la situación para avanzar en la adquisición de dispensadores o algún tipo de sistema de tratamiento de osmosis.