Se trata de una retirada estratégica, no definitiva, realizada a instancias del PSIB, que había pedido a los ecosoberanistas que dejaran en barbecho la proposición de ley. En las filas de Més aseguran que la ley queda 'congelada', pero no suprimida del todo.
Añaden que lo hacen a instancias del PSIB, partido que considera que ahora no es el momento de plantear esta reforma. Creen que la propuesta de Més crea ahora mismo tensiones innecesarias y por eso han pedido un margen a los ecosoberanistas.
La propuesta de Més, además de rebajar del cinco al tres por ciento los votos mínimos para lograr diputado en el Parlament o conseller en el Consell, introducía una seria de cambios en el sistema de papeletas.
«Los envíos de correos masivos sufragados con recursos públicos se limitarán a uno por hogar y en él se incluirá la información de todas las candidatura al Parlament y a los consells», asegura la propuesta ahora retirada.
El envío de las papeletas es uno de los caballos de batalla de los partidos minoritarios, que se sienten perjudicados por el sistema actual, en el que cada partido manda su propia papeleta. Con el envío único de todas las papeletas, Més considera que los partidos parten en igualdad de condiciones.
También hay una importante modificación en el apartado de subvenciones electorales para tratar de igualar las posibilidades de los partidos. Més proponía que la partida destinada a subvencionar los gastos electorales se repartiera a partes iguales entre todas las formaciones. En la actualidad, la subvención se otorga en función del número de votos y de escaños conseguidos.
Otra modificación era la relativa a la asignación de espacios gratuitos en los medios de comunicación de titularidad pública. Més quería que el reparto de los tiempos fuera igual para todos los partidos cuando ahora se distribuye de manera proporcional en función de los resultados obtenidos en los comicios previos.
Una ley que cambió Cañellas para perjudicar a Munar
La ley electoral recoge el mínimo del 5 por ciento desde el año 1995 ya que hasta entonces bastaba con el tres por ciento. La elevación del mínimo se hizo a instancias de Gabriel Cañellas quien, con esta medida intentaba evitar que Unió Mallorquina entrara en el Parlament. La jugada no se le salió bien ya que el partido de Maria Antònia Munar logró representación en aquellas elecciones. Cañellas tuvo que dimitir poco después implicado en el escándalo del 'túnel de Sóller'.
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