Fórmula 600. Los propietarios del clásico modelo de la marca Seat se reunieron este domingo en Es Mercadal para disfrutar de una jornada en ruta que les llevó por diferentes poblaciones de la Isla | Javier Coll

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Encontrarse con una caravana de Seat Seiscientos no es algo que ocurra todos los días, pero algunos afortunados pudieron disfrutar este domingo de ese espectáculo por alguna de las carreteras secundarias de la Isla. En una época con carrocerías cada vez más futuristas, los coches clásicos no se pasan de moda. Al menos para los miembros del grupo Amics del Seat Siscents Menorca, que ayer celebraron el tercer y último encuentro de la temporada.

Lo que comenzó como una simple reunión entre personas que compartían una afición ha ido creciendo «poco a poco hasta consolidarse», comenta uno de sus miembros, Josep Pons Fábregas, quien recuerda que el pasado 10 de octubre se cumplió el quinto aniversario de la fundación del grupo. Y es que estos amantes del motor y los coches vintage no están constituidos como una asociación, ni falta que hace, dicen. «La gente ya sabe dónde estamos, y cada vez son más personas las que se suman a nuestras actividades», relata Pons. Este domingo, en concreto, se reunieron medio centenar de personas y 18 coches que en edad suman cerca de 800 años.

Se incorporaron en esta ocasión dos automóviles debutantes a un parque móvil cuyo participante más antiguó se matriculó allá por 1960. Sin embargo, el que está considerado como el 600 más antiguo de la Isla, salido de fábrica hace ni más ni menos que 59 años, faltó a la cita porque está siendo restaurado.


En ruta

Como marca la tradición, los miembros del club se reunieron a primera hora de la mañana en el aparcamiento de la Sala Multifuncional de Es Mercadal. Tras la pertinente foto de familia, la caravana se hizo a la carretera con destino a Ferreries para después desplazarse hasta Es Migjorn Gran y desde allí regresar de nuevo al centro de la Isla, donde se enfrentaron al momento más duro para los veteranos motores, la ascensión a Monte Toro. Tras un merecido descanso, la fiesta del motor puso rumbo a Fornells para continuar hasta Es Grau y finalizar en Alaior, donde los participantes despidieron la temporada con una comida de hermandad y pensando ya en las rutas que les esperan en 2016.