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Durante los últimos diez años, el uso del catalán ha experimentado un importante descenso como lengua habitual por parte de los habitantes de Balears, una tendencia que se refleja en la pérdida de 12,9 puntos porcentuales en el caso de Menorca, y de 8,2 a nivel autonómico. Estos datos contrastan, sin embargo, con el hecho que cada vez hay un mayor conocimiento de la lengua propia de las Islas, tanto en comprensión como en expresión, oral y escrita, lo cual arroja la preocupante conclusión de que el catalán se conoce más pero se utiliza menos.

Esta es la lectura que se extrae del primer avance de la encuesta que se publicará en la edición de diciembre de la revista «Llengua i ús», y de la que hablará en Maó, en el Institut Menorquí d'Estudis, el 14 de noviembre, Nacho Sorolla, de la Xarxa Cruscat (Coneixements, Representacions i Usos del Català) del Institut d'Estudis Catalans.

Se trata de un trabajo de campo coordinado desde el Servei Lingüístic de la Universitat de les Illes Balears, que ha realizado el Grup de Recerca Sociolingüística de les Illes Balears, junto con la empresa de estudios Opinòmetre Balear, gracias a un convenio de colaboración entre la UIB y la Dirección General de Política Lingüística del Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya.

La comparativa de este análisis se puede establecer (por similitud de metodología y de universo) con la encuesta que entre 2003 y 2004 realizó la Dirección General de Política Lingüística del Govern balear.

Situación lingüística

El coordinador del estudio, el licenciado en Filología Hispánica y doctor en Filología Catalana, Joan Melià, considera que los datos sobre el uso del catalán «son preocupantes por su tendencia negativa», ya que los últimos diez años ha habido un retroceso importante. Y no solo a nivel balear, algo que no es nuevo, también en Menorca, la Isla que mejor preserva el  catalán. Y es que hoy, solo el 54 por ciento de los menorquines lo tienen como lengua habitual, frente al 66,9 por ciento de 2004, mientras que el castellano ha ganado presencia, pasando del 28 al 37 por ciento.

También malo es el dato que indica que solo el 37,9 por ciento de los baleares tiene el catalán como lengua inicial (la primera que se aprende de niño), 4,7 puntos menos que en 2004, mientras que el castellano es hoy el idioma inicial para el 48,6 por ciento de la población.

De entre estos datos negativos para la lengua propia de las Islas sobresale uno positivo. Como apunta el estudio, «la proporción de personas que considera el catalán como lengua de identificación es superior a la de los que la han tenido como lengua inicial, lo que demuestra que el catalán tiene capacidad para atraer hablantes de otros grupos lingüísticos, aunque sea en bajas proporciones».

Sin embargo, todos estos datos contrastan con aquellos que definen el grado de conocimiento del idioma, a partir de las cuatro capacidades básicas. Así, y sin distinguir entre franjas de edad, en comprensión oral se ha pasado de un 93,1 a un 96,8 por ciento, referido a la población que lo comprende; la comprensión escrita se ha incrementado del 79,6 al 83,5 por ciento; la expresión oral ha aumentado del 74,6 al 80,5 por ciento; y la expresión escrita ha mejorado sustancialmente, pasando del 46,9 al 60 por ciento. Datos que pueden parecer positivos, aunque si se comparan con los del castellano quedan aún lejos de este, pues cuenta con un conocimiento que se sitúa entre el 98 y el cien por cien.

Causas

Antes incluso de presentar las cifras, la encuesta aborda primero la cuestión demográfica, fundamental para entender esta situación. En 1970, el 81,57 por ciento del poco más de medio millón de habitantes del archipiélago era natural de los territorios de habla catalana, el 16,27 por ciento eran originarios del resto de España, y el 2,16 por ciento eran extranjeros. En cambio, en 2014 y con 1,1 millones de baleares, el 60,32 por ciento de estos son de las Islas, Catalunya o la Comunidad Valenciana, el 17,52 por ciento son castellanos, y hasta un 22,16 por ciento son extranjeros.

Otro punto que aborda la encuesta está en relación con los usos que los ciudadanos de Balears otorgan al catalán y al castellano, pudiéndose apreciar que, según explica Melià, «el catalán aún está penalizado en determinados ámbitos, en la justicia, las fuerzas y cuerpos de seguridad o en la sanidad», contraviniendo incluso la vigente y tan aclamada Constitución Española de 1978, lo cual concluye en «inseguridad y hace que la gente acabe renunciando a su propia lengua».

Por último, y también relacionado con este cambio de idioma por parte de los catalanoparlantes, Joan Melià destaca la «gran facilidad para cambiar al castellano» al dirigirse a interlocutores que no se expresan en catalán, algo que repercute en «inercias» perjudiciales para la lengua autóctona.

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Lea la noticia completa en la edición impresa del 01 de noviembre en Kiosko y Más