Rafel Pons, Premi Gent Gran

La propuesta nace de la Comissió de Gent Gran, sin injerencias políticas, y quedará plasmada en el acuerdo que mañana tomará el pleno y en la entrega del reconocimiento que se hará efectiva durante la fiesta programada para dentro de un mes en la Sala Multifuncional del Canal Salat. Será el colofón a una velada en la que, desde las cinco de la tarde, actuarán el colectivo Art en Moviment, Cala Joia y la Coral de l'Esplai.

Nacido un 7 de agosto de hace 95 años, Rafel Pons conserva una lucidez envidiable. Vive solo en una planta baja de la calle Degollador, donde atiende con naturalidad al periodista y glosa su actividad de las tres últimas décadas que le han hecho merecedor de la distinción. Lejos de su trayectoria profesional como fabricante de patrones de calzado y más próxima al altruismo. «Ha sido desde siempre una persona muy solidaria y activa», destaca de él la concejal Carol Cerdà. Y bien que lo demuestra Rafel, citándonos en el taller donde da rienda suelta a su pasión pictórica, un gusto por el dibujo que aprendió del Hijo Ilustro José Roberto Torrent en 1932 y que ha podido poner en práctica especialmente una vez jubilado. En 2006, por ejemplo, participó de la muestra colectiva de Cerclart con motivo del 125 aniversario del Cercle Artístic.

«Soy socio del Cercle, sí, pero también del Casino 17 de Gener, L'Esplai y la Unión de Antiguos Alumnos Salesianos», apunta. Y, «aunque me correspondería Sant Esteve, me siento estrechamente vinculado a la parroquia de Sant Francesc», donde colabora en diversos servicios sociales. Sobre todo, con el grupo de Vida Creixent, del que es animador.

El 7 de noviembre, cuando el Ayuntamiento reconozca su labor, llenará de satisfacción a su hija, en cuya casa pernocta, a su único hijo vivo -residente en Mallorca- y a los cinco nietos que le han dado.