Ignacio y Pol, recibidos como héroes a su llegada a Binibeca | Josep Bagur Gomila

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Después de dos años y nueve meses recorriendo el hemisferio sur del planeta por mar había que paladear la emoción de la vuelta a casa. Con ese propósito el menorquín, Ignacio Solano Codina, y su compañero vinculado a la Isla, Pol Maruny Forcada, anticiparon los fastos del emotivo recibimiento con la ingesta de unos chupitos de ron en la intimidad del que ha sido su domicilio durante los últimos 32 meses, el «Sikkim», un velero de 11,2 metros de eslora.

El reloj señalaba las 14.13 horas cuando el velero se dejó ver por la costa de Binibeca, navegó frente al Bar Paupa, pero sorprendentemente, los jóvenes Marco Polo no armaron la neumática para llegar a tierra hasta casi tres cuartos de hora después.

Casi un centenar de personas, entre familiares y amigos, les recibieron a lo grande con un pasillo en el muelle, aplausos y vítores. Los dos jóvenes habían dado buena cuenta del sueño con el que iniciaron esta aventura un lejano 11 de octubre de 2012, cuando emprendieron la salida hacia Barcelona.

En total han completado 36.000 millas de navegación alrededor de todo el planeta, hacia el oeste, incrementado su planteamiento inicial, que marcaba un tiempo de entre 18 y 24 meses, en 270 días más. «Había más sitios que visitar y cuando encontramos trabajo en Nueva Zelanda estuvimos seis meses en tierra», explica Ignacio, quien asegura que después de haber gastado unos 30.000 euros en el largo viaje «si hubiésemos tenido más dinero habríamos continuado más tiempo.

Ahora toca trabajar y volver a la vida normal pero ya tenemos otros proyectos para el futuro, la cabeza nos da muchas vueltas después del privilegio del que hemos disfrutado».