Los miembros del equipo de HomeSwipe, una aplicación móvil para comprar y alquilar viviendas, en el estrado sobre el mar. El escaparate se montó a la entrada del Lazareto, cerca del embarcadero, y con el puerto al fondo. | F.S.

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Nervios, convicción, búsqueda de originalidad y sobre todo de dinero, fueron los elementos clave este domingo durante la vitrina de proyectos start up a la búsqueda de inversores que crean en sus ideas, que confíen tanto, que estén dispuestos a financiarlas a la espera de obtener un beneficio.

Las veinte empresas tecnológicas seleccionadas para el certamen Menorca Millennials, muchas en un estado embrionario, se presentaron en un privilegiado escaparate sobre el mar, en la isla del Lazareto del puerto de Maó.

Los emprendedores, después de pasar una exigente selección -cabe recordar que se presentaron más de 300-, y de los días de convivencia en Menorca, tuvieron sus tres minutos cronometrados de gloria y la oportunidad de defender sus proyectos ante inversores internacionales que andan a la caza de tendencias, de novedades, de jóvenes cerebros que darán con la última aplicación o fórmula que desde un teclado o un móvil, escalará y triunfará globalmente.

Y gracias a ese fenómeno planetario que es internet, la inversión retornará con creces. Pero para ello hay que tener inspiración y tesón por un lado, y olfato para los negocios por el otro. Porque al final, de lo que se trata Menorca Millennials es de poner en contacto esas dos caras de la moneda. Y poner las ideas y la financiación a rodar.

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Competencia

No es fácil destacar entre público y emprendedores tan variopintos y además hacerlo, en la mayoría de los casos, con una exposición en la lengua no materna sino la vehicular para este mundo tecnológico, el inglés en todas sus modalidades y acentos.

Algunos, además de exponer su idea, su empresa y sus expectativas, optaron por puestas en escena un poco más divertidas. Así, Carlos Matilla, de FuVex, abrió la veda de los lanzamientos al agua del puerto de Maó tirándose él mismo vestido tras su intervención. Otros, optaron por conjuntar a su equipo de blanco, a juego con las casas de la Isla y muy 'ad lib', y repartir chupa-chups agradeciendo así a los inversores que les escuchara.

Un poco de dinero invertido para conseguir la gran inversión, la que quizás pueda cambiar sus vidas y las de los otros, las nuestras. No todo es movido por el negocio, o no exclusivamente con este fin, ya que tampoco faltaron proyectos en busca de soluciones a grandes problemas, como la escasez de energía y recursos naturales o las dificultades para obtener asistencia sanitaria en algunos países. Otros dirigidos a que los niños aprendan matemáticas jugando y con una sonrisa en los labios o aquellos que permitan certificar legalmente documentos en internet. Ideas en busca de su ángel.