A un ritmo de unas 145 toneladas diarias de basura, aunque solo la mitad llegue finalmente al vertedero, la nave se encuentra próxima a la saturación . | Javier Coll

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Los técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente se han centrado en la última semana en recabar todos los documentos e información relativa a la clausura del vertedero de Milà que reclama la Fiscalía General del Estado y mientras tanto, sigue a la espera la autorización del proyecto de la empresa Lurgintza, que plantea una doble impermeabilización de la celda E para poder reanudar así los vertidos.

La solución de Lurgintza que el Consorcio de Residuos ve con buenos ojos y asume como propia, pasa por añadir dos capas de drenaje, una barrera geosintética de bentonita y un revestimiento artificial sobre el ya existente.
El proyecto, cuyo coste ronda los 380.000 euros, fue remitido el 23 de enero a la Conselleria balear de Medio Ambiente. Los plazos corren, ya que se calcula que las obras tendrían una duración de seis semanas y deberían empezar este mismo mes, para tener la celda lista para el vertido a finales de marzo.

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El conseller menorquín de Medio Ambiente, Fernando Villalonga, comprendió ayer la urgencia de responder a la Fiscalía pero recordó que al Consorcio le interesa cuanto antes contar con el permiso para las obras de la celda E e iniciar su contratación, de modo que cuanto antes «podamos restituir el servicio», señaló Villalonga tras la reunión de la Comisión de Medio Ambiente en Palma.

Y es que a un ritmo de unas 145 toneladas diarias de basura, aunque solo la mitad según el adjudicatario llegue finalmente al vertedero, la nave se encuentra próxima al nivel de saturación. Hoy día 6 de febrero se cumplen 46 días desde que el pleno de la Comisión Balear de Medio Ambiente ordenó paralizar el vertido en Milà.

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