El proyecto contempla el tratamiento en tierra de 29.000 metros cúbicos de lodos contaminados. | GOB

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La burocracia podría dar al traste con los plazos del dragado del puerto de Maó cuando está a punto de comenzar la temporada alta turística y además poner en peligro las garantías ambientales pactadas para esta obra.  El atasco administrativo está en la Conselleria de Medio Ambiente del Govern balear, según ha denunciado el Grupo Balear d'Ornitologia (GOB), que controla el proyecto en virtud del acuerdo suscrito el pasado enero con el Consell, el Ayuntamiento de Maó y Autoridad Portuaria de Balears (APB).

El departamento de residuos del Govern no ha autorizado todavía el depósito de parte de los fangos del fondo portuario en algunas zonas de Milà para su secado y posterior utilización como material de cubrimiento y estabilización del vertedero.

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Los ecologistas afirman que en la zona «hay espacio más que suficiente» para secar los fangos más contaminados, tal y como estaba previsto en el proyecto, pero que el retraso de los permisos del Govern está retrasando los trabajos de dragado, pese a que toda la operación ya ha sido contratada por Autoridad Portuaria.

El GOB teme no solo que se pierda esa inversión pública sino que haya «tentaciones de realizar el dragado igualmente pero vertiendo al mar las partes contaminantes». Según el acuerdo alcanzado, deberían depositarse en tierra 29.000 metros cúbicos de fangos con mayor carga contaminante y el resto, unos 160.000, se verterán  al mar. De esos 29.000 metros cúbicos, ya se han trasladado a Milà unos 11.500, y quedan todavía por llevar al vertedero de Maó otros 17.500 metros cúbicos.