Simón Gornés, Águeda Reynés y Salvador Botella - Gemma Andreu

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El equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento de Maó llevará a la aprobación del pleno, el próximo 12 de diciembre, unas cuentas para 2014 saneadas y «ajustadas a la realidad social y económica» y con las que «entramos ya en la estabilidad presupuestaria», ha asegurado el teniente de alcalde de Servicios Generales, Salvador Botella.

El Consistorio dispondrá de un presupuesto que puede ya crecer, y se sitúa en 33.519.630 euros, unos ingresos que aumentan un 12,41 por ciento respecto al ejercicio actual. Por contra los gastos suben a 32.590.000 euros, dando lugar a un superávit presupuestario de cerca de un millón de euros, aunque el gobierno ya estima que no se llegará a recaudar la totalidad de lo previsto. Esta diferencia se debe asimismo al límite de gasto que viene fijado por Intervención de acuerdo con la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, que marca un tope de aumento del 1,5 por ciento respecto al gasto del ejercicio anterior.

Los terceros presupuestos elaborados por el PP marcan un cambio positivo de tendencia, aunque el equipo de gobierno se muestra prudente y partidario de seguir con el control del gasto.

«Los dos primeros fueron de un ajuste importante y de ordenación de las cuentas, por exigencias de la situación económica», afirma la alcaldesa, Àgueda Reynés, «estos son moderadamente expansionistas».

El Ayuntamiento aguarda al desarrollo del artículo 32 de la Ley de Estabilidad para que el superávit no tenga que dedicarse exclusivamente a la reducción del endeudamiento neto, sino que «se pueda destinar a inversiones sostenibles», señala Reynés.

Sin poner el énfasis en «las herencias» del último gobierno de izquierdas, Reynés sí se ha referido al «lastre» de algunas indemnizaciones que se arrastran del anterior mandato, como son el convenio para la expropiación forzosa instada por Masnet Inversions S.L. (para la prolongación de la calle Infanta prevista en el Plan General de 1987) y otra expropiación de dos parcelas en Llucmaçanes. Todo ello costará 548.615 euros, cantidad que se incluye en la partida del área de Urbanismo.

Transferencias

Al margen de los impuestos directos (básicamente el de Bienes Inmuebles IBI), los ingresos municipales se nutren en buena parte de las transferencias corrientes de otras administraciones, que supone un 23,02 por ciento del presupuesto del año próximo, con un total de 7.717.000 euros, un 18,76 por ciento más que en 2013 (6.648.025 euros).

Los ingresos por impuestos directos pierden peso en las cuentas globales, ya que han pasado de representar un 60 por ciento al 50 por ciento actual. Esta bajada se compensa gracias al aumento en la participación de tributos del Estado, que pasa de casi 5 millones en 2013 a 6.275.000 en 2014.

Otra de las medidas, obligada por la Ley de Estabilidad, es la creación de un Fondo de Contingencia de ejecución presupuestaria, que en el caso de Maó se dota de 544.765 euros.

IBI

Para el equipo de Reynés el gran logro de estos nuevos presupuestos es la rebaja del IBI, que está en el tipo más bajo de la última década, del 0,97 por ciento de 2005 al 0,6 actual.

Esta decisión, que a punto estuvo de provocar que el Ayuntamiento abandonara el Plan de Estabilidad para poder rebajar el impuesto, supondrá un descenso de recaudación de unos 900.000 euros.

Sin embargo, en 2014 se advierte un aumento de 1,3 millones de euros en la previsión de ingresos por impuestos directos.

Esto es así, explica Botella, porque en 2013 el cálculo se realizó de acuerdo con los derechos recaudados -dinero cobrado-, mientras que en 2014 se ha realizado con base en los derechos liquidado, es decir, todo el padrón de recibos de IBI.