Los ciudadanos, saturados de mensajes sobre la crisis, han dejado de comprar y eso ha afectado al sector comercial - Archivo

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Uno de los efectos innegables de la crisis económica ha sido la reducción del consumo de los ciudadanos. O no hay dinero, o hay miedo a gastarlo, y eso al final provoca que muchas tiendas que esperan que ese dinero circule tengan que echar el cierre. El Anuario Económico de la Caixa ha puesto cifras a esta realidad en Menorca, y su conclusión es que en el año 2009 la Isla perdió 204 comercios minoristas, o lo que es lo mismo, el 7,7 por ciento de su tejido comercial.

La radiografía de la Caixa sitúa a Ciutadella como el municipio más perjudicado, con un descenso del 10 por ciento en su tejido comercial, o lo que es lo mismo, 86 tiendas menos en un año. Maó perdió 82 establecimientos, y el municipio que mejor capeó el temporal fue Ferreries. Allí, tras el balance del año, solamente se perdió una tienda.

Para Joan Moll, presidente de la Asociación de Comerciantes de Menorca (ASCOME), la situación era esperable, y motivada por el efecto psicológico de la crisis económica. Así, Moll entiende que la situación no es la mejor, pero también añade que se ha generado un clima de tal incertidumbre que mucha gente que mantiene el mismo poder adquisitivo que antes de la crisis opta por tener el dinero en el banco y no gastarlo. "El mayor problema no es que falte dinero, sino que quien dispone de él tiene miedo a gastarlo", explica.

Pese a querer ser optimista, Moll pronostica un invierno negro para el comercio menorquín. "Será peor que el pasado, y veremos como muchos comercios tienen que echar el cierre, basta con darse una vuelta por algunos centros históricos para ver como algunos ya han bajado la persiana", sentencia. Para el presidente de los comerciantes de PIME, el posible punto de inflexión llegará tras el próximo verano. "Entonces habremos dejado de caer, lo que no significa que crezcamos, sino que los que hayan sobrevivido para esa fecha, tendrán mucho camino recorrido", analiza.

Los datos del Anuario Económico de la Caixa ofrecen también otra visión sobre el comercio menorquín. Si lo que se analiza es la evolución del número de comercios desde 2004 y hasta 2009, se observa que solamente Maó y Ciutadella han aumentado el número de tiendas. Ciutadella lo ha hecho en un 2,1 por ciento, y Maó un 2,9. Por contra, el resto de municipios han disminuido su tejido comercial en porcentajes muy destacables, que van desde el descenso del 16 por ciento de Sant Lluís al 28 por cien de Es Mercadal. Esto significa que poco a poco se produce una concentración de los comercios en las dos grandes ciudades de la Isla, polarizando de esta manera también el tejido comercial de la Isla.

Otro dato que se puede extraer del análisis de la Caixa es el tamaño medio de las tiendas minoristas de Menorca. La Isla cuenta con 237.352 metros cuadrados dedicados al pequeño comercio, lo que supone que cada establecimiento tiene una media de 97 metros cuadrados. Además, esto implica que cada menorquín dispone de dos metros cuadrados y medio de superficie comercial.