Cala en Bosch. La empresa mallorquina Cesgarden ha vendido 60 de los 69 apartamentos del complejo situado junto al Karting Rock - Cris

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La época dorada de los apartamentos turísticos empezó a escribir su epitafio hace ya algunos años, cuando los promotores y los empresarios que se habían colado de rondón en el negocio, en busca de su trozo de pastel, se dieron de bruces contra la realidad: el perseguido sueño de Eldorado no estaba junto al mar; ahora, había que perseguirlo a través del ojo caleidoscópico de las hormigoneras. Los apartamentos, muchos de ellos obsoletos, ya no daban los pingües beneficios de antaño, cuando la temporada se extendía de mayo a octubre, y se soñaba con un largo 'verano' de nueve meses. Los propietarios entendieron bien pronto que no merecía la pena gastarse el dinero en reformar unos apartamentos que, ya de por sí, habían quedado obsoletos, y se lanzaron sin frenos en brazos del mercado inmobiliario, individualizando las unidades por medio de divisiones horizontales y vendiéndolas a particulares y a avezados buscadores de oportunidades, sin pedir en ningún caso (salvo alguna contada excepción) el oportuno cambio de uso que revistiera de legalidad, siquiera someramente, unas operaciones a todas luces ilegales. Todo ello, ante la mirada plácida de la Administración, a la que ha resultado mucho más cómodo ignorar la realidad. Los ejemplos abundan, y han dado lugar, en muchos casos, a conflictos de difícil resolución, especialmente cuando ha llegado el momento de obtener el permiso de primera ocupación de las nuevas 'viviendas'. Para la Asociación Hotelera de Menorca, el condominio es la única fórmula que puede aportar luz al problema.

En cambio, para algunos de los promotores, que prefieren guardar el anonimato, la venta de los alojamientos en el mercado inmobiliario no debe ser vista como una mala solución, ya que contribuye, de un lado, a evitar su deterioro, y, de otro, asegura la presencia de visitantes. No en vano, muchos de los compradores son particulares que acaban comercializando los apartamentos en el mercado del alquiler vacacional.

Cesgarden o cómo deshacerse de 60 apartamentos en dos años.

La zona sur de Ciutadella brinda un generoso ramillete de casos al respecto. Uno de ellos es el de la compañía hotelera Cesgarden, propietaria del complejo Menorca Park, situado junto al Karting Rock de Cala en Bosch. La empresa, de capital mallorquín, ha vendido en sólo dos años 60 de sus 69 apartamentos como si fueran viviendas residenciales. En ningún caso, existe constancia de que haya solicitado el cambio de uso, de turístico a residencial, algo que sí ha hecho, por el contrario, otro complejo de la zona, el Club Pueblo Menorquín. Los apartamentos que componen el complejo Menorca Park cuentan, todos, con cédulas de habitabilidad turísticas individuales.

El ejemplo cunde: los bungalows de Villas Estrellas, en venta.

El ejemplo de Cesgarden no tardó en cundir, y hace poco más de un año, un conocido promotor inmobiliario de Mallorca decidió aplicar la misma fórmula a un grupo de 20 bungalows de su propiedad. El complejo, que lleva el nombre de Villas Estrellas, se encuentra próximo al faro de Artrutx y a unos 1.500 metros del centro comercial del Lago de Cala en Bosch. El promotor ha optado, en este caso, por reformar algunos de los apartamentos, a petición de los compradores, mientras que otros se han vendido sin reformar.

Hay más casos en la urbanización, como el de los bungalows que integran la casa de vacaciones Windrose, de Cala en Bosch, a los que se ha dado también un uso residencial.

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