Todos los componentes de la ‘qualcada’, en el interior de la iglesia de Fornells, donde se celebró ayer la ‘missa de caixers’ | Kika Triay

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Pasaban algunos minutos de las 11 de la mañana cuando la caixera batlessa, Constanza Navarro, recién bajada de su caballo, poco antes de comenzar la misa, declaraba con satisfacción que estaban siendo «unas fiestas excelentes; quizás las más concurridas de los últimos años». Tras la intensa jornada del sábado, que la qualcada finalizó cuando pasaban las 00.30 horas de la noche, Fornells comenzó a retomar ayer la celebración de su patrón, Sant Antoni Abat, con fuerzas renovadas desde primera hora de la mañana.

Y es que a las 8.30 ya sonó el toque de diana, empezando así un recorrido por las calles más céntricas de la población al ritmo de la Banda de Cornetes y Tambors de Dalt Sant Joan. Aproximadamente media hora después, el fabioler, Isaac Triay Moll, inició el replec de la qualcada, comenzando por el caixer sobrepossat, que no finalizó hasta el inicio de la misa solemne, momento en el que se sumaron a la celebración las autoridades.

La fiesta transcurrió durante la primera parte de la mañana en un ambiente tranquilo y familiar, en el que los más pequeños pudieron disfrutar con cercanía de los caballos. Pero al mismo ritmo que subía la temperatura -Fornells volvió a vivir una calurosa jornada-, el pueblo comenzó a llenarse de visitantes, aunque con un ambiente mucho más tranquilo que el del día anterior.


El momento intenso

El momento álgido de la jornada llegó a las 12.38 horas, cuando la caixera batlessa, acompañada por el caixer capellà, hicieron entrada en Sa Plaça al ritmo de un pasodoble interpretado por la Banda Municipal de Es Mercadal, dando inicio a un espectacular Jaleo, el más marinero entre todos los que se celebran durante el verano en Menorca. Una vez disfrutado de ese intenso momento, la fiesta comenzó a entrar en su recta final, con la tradicional entrega de las canyes verdes y les culleretes de plata.


Sin incidentes

Navarro puso especial hincapié en el hecho de que Sant Antoni transcurrió en un muy buen ambiente, y sobre todo sin incidentes. En ese sentido, desde la Creu Roja, que movilizó durante el fin de semana a un equipo de 18 personas, informaron de que las fiestas de este año han sido «muy tranquilas y sin accidentes graves». Durante la primera jornada, los equipos médicos realizaron 25 asistencias, una de las cuales fue por una dentellada de caballo». No obstante, el retén nocturno realizó un traslado a centro hospitalario a un herido leve por contusión. En la jornada de ayer, una vez finalizado el Jaleo, se habían realizado tan solo 17 intervenciones, la mayoría por contusiones leves.