Hace seis años, también fue necesario regular el acceso a la casa señorial del hoy alcalde José María de Sintas. | CARME FONTESTAD

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El Ayuntamiento de Ciutadella propondrá este miércoles a los voluntarios de Sant Joan que se limite el acceso a Cas Baró durante el primer toc de las fiestas por el peligro que puede entrañar debido a la estrechez de Santa Clara -donde se ubica- y de las calles de su entorno. Según el estudio elaborado al respecto por la Policía Local, tan solo podrá darse cabida a un máximo de 3.000 personas. El resto deberá conformarse con seguir el inicio de las fiestas a través de una pantalla gigante que se instalará en la plaza de la Catedral.

Agentes de la Policía y voluntarios de Protección Civil se encargarán de disponer cinco controles en otras tantas calles de acceso a la casa señorial para 'filtrar' a los asistentes e impedir así el paso de familias con niños pequeños o personas en estado de embriaguez. «El objetivo es parar la afluencia de gente a tiempo para evitar colapsos en un momento de tanta masificación», explicó ayer el inspector Ignasi Camps.

El aforo máximo de 3.000 asistentes se ha calculado a partir de un baremo de entre seis y ocho personas por cada metro cuadrado, que la Policía considera el umbral límite de seguridad en este acto. Un agente situado en lo alto de un edificio próximo alertará cuando empiece a masificarse la zona para así activar el operativo.

Durante la reunión se intentará concretar el dispositivo de seguridad en torno de cas Caixer Senyor, una medida que se pondrá en marcha el Diumenge des Be y el Dissabte de Sant Joan y que, en caso de surtir efecto, se hará extensiva también al segundo año del bienio.

El modelo a seguir es el que ya imperó en 2008 y 2009, cuando la presidencia de las fiestas recayó en el hoy alcalde de Ciutadella y los Amics de Sant Joan tuvieron que abrir paso al fabioler para que pudiera llegar a tiempo hasta la escalera de la casa señorial. Solo que, en esta ocasión, hay más accesos y, por tanto, más calles a controlar. La primera teniente de alcalde, Francisca Marquès, pide comprensión a la ciudadanía, pues «debemos tomar conciencia de que la masificación es un peligro y no todos pueden tener cabida».