De izquierda a derecha, Miquel Mariano, Joan Salord, Joe Mina, Nicolau Espinosa y Toni Ocanya posando para el reencuentro de Fil de Ferro | F.D.F.

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El material sonoro de Fil de Ferro no se oxida. La banda menorquina ha recuperado las canciones del proyecto que emprendieron a mediados de los 90 para que su legado perdure como testimonio de una aventura musical juvenil más allá de una maqueta que ha soportado el paso del tiempo formato de casete. Canciones que, 27 años después, han sido grabadas de nuevo, claro está, con mejores medios, para dar forma a un álbum que acaba de ver la luz bajo el nombre de «Mestres, bons mestres».

«Teníamos la maqueta, pero no la editamos ni la llegamos a vender», rememora Joe Mina, miembro de la banda desde sus inicios, cuando empezaba a dar sus primeros pasos en la música impulsado por la herencia familiar. Sus hermanos tocaban en la banda Siboney y a él le hacía «mucha ilusión» montar un grupo. En su Es Migjorn Gran natal había tradición musical, pero no de guitarras eléctricas, así que se buscó la vida en Es Mercadal. Allí conectó con Nicolau Espinosa y Miquel Mariano, el trío sobre el que empezó a pivotar el proyecto de Fil de Ferro, por el que luego pasaron más músicos y que tuvo una prolongación con la banda Darkness.

Como tantos otros proyectos, Fil de Ferro pasó a un segundo plano cuando varios de sus miembros dejaron la Isla para continuar con sus estudios. Disfrutaron de una buena época, rememora Mina, unos años en los que «cada semana había varios conciertos». Sin embargo, aunque lo pareciera, aquel no fue el final. Hace un par de años, Pedro Sánchez Tuomala, artista y divulgador musical, se acordó de la banda para el programa de música que tiene en Ràdio Far, «Maquetes». Y ello dio pie para que el grupo se reuniera y actuara en el festival que da nombre a ese espacio en las ondas.

Los músicos se reencontraron sobre el escenario y se encendió de nuevo la chispa. Así fue como surgió la idea de recuperar el repertorio de la maqueta y grabarlo en un álbum. Una edición modesta, «para los amigos y como recuerdo», apunta Mina, pero que servirá como legado. El álbum por el momento solo está disponible en el portal Beatport.com, pero en breve estará en las plataformas digitales más conocidas. La música no caduca, pero el músico reconoce que se nota que las letras son de otra época: «Éramos unos niños».

«Después de casi 30 años ha sido bonito recordar y reencontrase. Ha sido enriquecedor y emocionante, y la verdad es que lo hemos pasado muy bien grabando», añade Mina, voz de una banda en la que Mariano toca la batería y Espinosa la guitarra, con Toni Ocanya a los teclados y Joan Salord al bajo completando la formación. Ellos se han encargado de recuperar un proyecto que huele a espíritu juvenil y en el que conviven estilos varios, como el pop, el blues y, por supuesto, el rock, con versión menorquina del «Johnny B. Goode» de Chuck Berry incluida.

Su trayectoria parece que no tendrá mucho más recorrido en los estudios de grabación, pero sí que habrá que estar atentos a la agenda, ya que muy posiblemente se suban a un escenario para acompañar el lanzamiento del disco.